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jueves, 29 de diciembre de 2016

CHARLANDO CON IAN SWEDLUND

Ian Swedlund practicando el surf. Imagen cedida por el músico.
Ian Swedlund nació en Nueva Zelanda, ha recorrido medio mundo con su violonchelo y su tabla de surf, y desde hace ya un buen puñado de años tiene su residencia en el País Vasco. Forma parte del grupo de profesores que componen la Orquesta Sinfónica de Euskadi. Es, por tanto, músico de formación clásica,pero, por encima de todo, un amante de la música sin calificativos.

• Comencemos por los orígenes: ¿qué es lo que te llevó a la música?

¡Mis padres! Mi madre era pianista y profesora de música y a mi padre (científico) siempre le había encantado la música, pero nunca tuvo oportunidad de aprenderla. Así que los 4 hijos tuvimos clases de música desde joven …. Y 3 de los 4 salimos músicos de profesión …. Así que ellos dieron el empuje inicial, pero luego me enganché por mí mismo. Sin embargo, nunca quise ser músico. Tomé un año de estudios musicales como descanso después de terminar el colegio y tuve la "mala suerte" de estudiar con un chelista de una expresividad descomunal. Éste me dejó una espina que no me pude quitar. A los 19 años dejé mis estudios de ciencia (emocionalmente árida) para intentar lo de la música (un volcán de emociones).

• Dejando aparte que es tu manera de ganarte la vida, ¿qué significa para ti la música?

¡La música, en general, puede (incluso debe) ser pura magia! Pero también es filosofía, historia, literatura, emociones, un universo paralelo de sueños, una forma muy potente de sentir y comunicar las cosas más importantes. Y tocar un instrumento es un potente y complejo cóctel de actividad intelectual, física y emocional que no se encuentra en ningún otro campo.

• El arte nos aporta un conocimiento de la realidad desde un punto de vista diferente al de la especulación filosófica o al de la investigación realizada desde las ciencias naturales. ¿Cómo crees que ha contribuido la música al conocimiento?

Muchísimos grandes pensadores no solamente aprecian mucho la música, sino que en ella encuentran una fuente de inspiración. En general, la música nos provoca reflexión, enciende emociones, crea estados meditativos, rompe barreras. Einstein dijo que su teoría de la relatividad fue inspirada totalmente ¡por la música! Al ser la música normalmente un lenguaje sin palabras, es un lenguaje más potente, más universal, menos limitado que los que utilizan palabras.

• ¿Qué es lo que más valoras de la música?, ¿cuál es el aspecto, la característica que consideras esencial, insustituible?

La emotividad, la sinceridad, la comunicación de emociones y estados emocionales.

• De entre todas las manifestaciones artísticas, la música es la que más rápidamente nos puede transmitir emociones. ¿Crees que puede tener también la capacidad de hacernos un poco mejores, de mejorar el mundo? Y si es así, ¿cuáles serían en tu opinión los compositores que más han contribuido a esta tarea?

Por supuesto, ¡pero también puede hacer lo contrario muy eficazmente! Los Beatles eran pura iluminación, amor, cariño, humor y sinceridad. Los Rolling Stones, al contrario, salvajes, egoístas, duros. Y mira quién ha ganado. Los Stones siguen, mientras los Beatles fueron como una mariposa: de una increíble belleza pero de vida corta. La sociedad de hoy día es mayoritariamente de los Stones!
Fotografía cedida por Ian Swedlund.

La mayoría de los cantautores son pura intimidad y sinceridad: son poetas musicales que hacen que el mundo mejore; sin embargo, la mayoría de la música pop es más comercial (sobre todo la que procede de EEUU) es como Mcdonalds o Coca-Cola: es basura tanto a nivel musical como a nivel filosófico (los mensajes que transmite), llena de los equivalentes musicales del azúcar, la grasa mala y la sal para asegurar el éxito comercial. Esta música hace empeorar el mundo, animando los valores de egoísmo, materialismo, avidez, superficialidad, etc.


• Vamos a dejar las generalidades y adentrémonos en lo concreto. ¿Cómo son los ensayos en una orquesta sinfónica?, ¿qué es lo más estimulante y qué lo más aburrido?


Los ensayos son muchas veces horribles, sobre todo los primeros hasta que conocemos la pieza. Hay mucha frustración, mucho ruido, cero autonomía, y mucha gente intentando superar las diferentes dificultades, más la de tocar juntos. Lo más estimulante: la música (cuando es buena). Lo más aburrido: no suele haber sitio para el aburrimiento, hay demasiadas cosas que pasan tanto musicalmente como humanamente con 90 personas en el escenario. Lo peor de todo: los directores y gerentes cuando son chulos, agresivos, despectivos, inhumanos.

• Si pudieras elegir un director ahora mismo bajo cuya batuta tocar, ¿con quién te gustaría hacerlo?

La nueva generación de directores son normalmente mucho menos autoritarios que antes. Me gustan todos los directores sinceros, humanamente respetuosos y con algo emocional que comunicar por la música.

• ¿Qué obras o qué compositores son los que más te gusta interpretar y cuáles que no hayas tocado te gustaría hacerlo?

No hay regla, salvo que me gusta lo emocional. Todo compositor tiene sus obras maestras, pero también sus obras mediocres. La inspiración no siempre viene. Algunos momentos (incluso obras) de Bach y Brahms son demasiado académicos, pero otras veces son inmejorables. Mozart a veces es absoluta magia, otras veces es algo infantil. Schumann a veces es lo mejor que hay; en otros momentos, no tanto. Me encantan Shostakóvich, Vivaldi, Schubert, Beethoven, Schumann.... y tantos más en sus mejores momentos. En general, los compositores famosos lo son por buenas razones. Normalmente son genios, no solamente de la música, sino también de la sensibilidad, de la filosofía, del pensamiento. Los Beatles, Antonio Jobim (bossa nova) y muchos más del mundo de la música popular del siglo XX lo eran también. Poco importa que sea reggae, punk, folk..., o música clásica, cada estilo tiene sus mensajes musicales, su lenguaje humano y musical, su comentario sobre el mundo y sobre la sociedad. Cada estilo de música tiene sus compositores geniales y esa es la música que me gusta, la de los genios.

• Has participado con orquestas de diversos países. ¿Hay alguna diferencia cualitativa entre ellas?

Hoy día hay gente de muchos países diferentes en casi todas las orquestas. Esto hace que haya siempre menos diferencias regionales entre orquestas. Pero en cada músico individual se suele notar mucho la influencia de la sociedad en la que ha crecido y estudiado, tanto en cómo toca como en las relaciones humanas. Las orquestas son un laboratorio de mestizaje cultural.

• ¿Qué opinas de la música conceptual? ¿Podemos dar el nombre de música a una obra como 4'33" de Cage?

Yo creo que en la música contemporánea clásica hay muchas cosas que no se deberían de llamar "música". Puede que sean experimentos auditivos (o filosóficos) interesantes (para algunos) pero si no utilizan los recursos musicales de ritmo, melodía y armonía de una forma inteligible no sé si se la debe llamar "música". Eso no quiere decir que la música tenga necesariamente que ser "bonita". Tanto la música contemporánea clásica como la música rock utilizan sonidos deliberadamente feos. Es muy difícil decidir dónde ponemos la barrera después de la cual la fealdad llega a tal extremo que se cruza la frontera entre música y ruido.

La consagración de la primavera, de Stravinsky, anticipó la música punk y rock. Es una obra de genio, pero roza (y para mucha gente de entonces cruzó) esos límites. En mi opinión, desde mediados del siglo veinte, casi toda la música interesante compuesta viene del mundo de la música "popular". El 80% de lo que yo he tocado de la "música clásica" orquestal compuesta en este periodo me parece simplemente patético, pretencioso e incluso asqueroso. Creo que es un fenómeno que merece un estudio psiquiátrico de nuestras sociedades más que musical.

• Además de la música culta o clásica, ¿qué otras músicas te interesan?

Como he dicho antes, todo lo genial, da igual de qué estilo sea.

• La música clásica puede tener muchas virtudes, pero no pertenece al gran público. ¿Por qué? ¿Qué habría que hacer para que llegara más allá de donde llega?

Ninguna cosa realmente buena pertenece al gran público. Al gran público le gustan las grandes mediocridades: Benidorm, Mcdonalds, Coca-Cola, el dinero, ser vip, los coches de lujo, los cruceros, las vacaciones en la playa, las discotecas. Placeres instantáneos, fuertes y fáciles. Se puede hacer Mozart más popular poniendo una batería, ritmos de disco y un vídeo musical con chicas bailando en bañador. Que a uno le guste o no la música clásica es cuestión principalmente de dos cosas: la curiosidad intelectual y la educación musical. Si los niños no cantan y no tocan música, es casi imposible que de adultos, tengan cultura e interés musical.

Explicando, hablando, introduciendo las piezas con interesantes anécdotas sobre los compositores, la época o las circunstancias de la composición, se logra que incluso el público más inocente aprecie más y entienda mejor lo que luego va a escuchar.

• Para terminar, recomiéndanos un libro sobre música y una pieza musical.

El nuevo libro autobiográfico de James Rhodes, Instrumental: Memorias de música, medicina y locura. Y como piezas musicales: los Nocturnos para piano de Chopin, tocados por Arthur Rubinstein y su complemento, los valses tocados por Krystian Zimmerman. Estos dos repertorios de Chopin son como el yin y el yang.

Muchas gracias, Ian, por tu tiempo y tus palabras.

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