No le va nada mal al Diario de K cuando después de dos años de publicar la primera edición ya tenemos aquí la segunda. Tampoco le debe ir nada mal a K. Iribarren desde el punto de vista creativo cuando pues esta segunda edición sale con textos nuevos. Siempre es una grata noticia saber que a un libro y a un poeta les va bien. Ojalá que sea por muchos años.
Tal vez el éxito del libro se encuentre en esa mezcla de aforismos y pequeñas anécdotas que funciona tan bien y aportan ligereza. O, tal vez, se halle en la combinación de nostalgia, ironía, humor, algunos gramos de acidez y una cucharadita de pesimismo. O, acaso, en la amalgama de pensamiento trascendente y mirada iconoclasta.
Os dejo algún ejemplo, a ver si conseguimos que dentro de otro par de años aparezca la tercera edición:
Por la calle, esta mañana. Una conocida viene de frente y, sin pararse, sonriendo, me dice: "He leído tu último libro. Me encanta la lluvia de tus poemas. Me empapas, Karmelo, me empapas". Por suerte sólo estaba cerca una señora mayor. Me ha mirado y ha movido un poco la cabeza, como diciendo: "¡A su edad!".
—¿Qué me pasa, doctor?
—Nada. No le pasa absolutamente nada. Ese es el problema.
Si desayunas con Cioran, el resto del día solo puede ir a mejor.
El día está indeciso. Si me quedo en casa no lloverá.
Pues, hala, salid a la calle a ver si llueven... poemas del cielo.
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