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El rincón de la Ilustración. Joseba Baramendi. |
Esta será la última vez que dé noticia de las entrañables microexposiciones del Rincón de la Ilustración.
Acudía para devolver un par de libros que tenía en préstamo a la más glamurosa de las bibliotecas donostiarras.
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El centro cultural, que incluye la biblioteca, es todo el espacio que se encuentra detrás de la cristalera de colores. |
Siempre que voy, aprovecho para ver si han renovado ya las exposiciones, la dedicada a la ilustración y la otra, la grande. Si es así, saco el teléfono del bolsillo y realizo algunas fotos para acompañar el comentario. Ayer, mientras realizaba la misma acción que he realizado desde que vivo en la ciudad y soy una asiduo de sus bibliotecas, un amable empleado me advirtió que estaba prohibido. Sorprendido y perplejo, pregunté si era nuevo (el hecho de que estuviera prohibido hacer fotografías, no el empleado). Él entendió por nuevo la exposición, y me dijo que sí. Respondí que eso ya lo sabía, que me refería al hecho de la prohibición. Y, entonces, se dirigió a una hoja colocada en un lateral del espacio dedicado al mostrador, detrás del cual trabaja el personal que diariamente se ocupa de informar al público sobre la casa de cultura.
Tengo toda la confianza en que esa hoja llena de un texto que me resultó imposible leer diga efectivamente lo que el amable responsable me señalaba con el dedo. Sin gafas, cualquier texto que no esté profusamente iluminado por luz diurna o tenga un tamaño muy superior al que habitualmente se suele utilizar en una hoja din A4 es inaccesible para mí. Y cuando salgo a la calle no suelo llevar encima las gafas para la presbicia. Tal vez debería empezar a hacerlo.
Salí del centro y mientras volvía de regreso a casa iba pensando en qué puede perjudicar los derechos de autoría unas imágenes obtenidas con iluminación deficiente, detrás de un cristal y cuya única finalidad es dar publicidad de la noble actividad expositiva del centro cultural y de la obra de un artista. Y si resulta tan lesivo para los derechos de quienes se dedican a la ilustración, ¿por qué en algunas ocasiones me han dado las gracias cuando han visto la entrada en la que doy noticia de que tal ilustradora o tal ilustrador expone en Aiete? O ¿por qué en salas de exposiciones y museos, cuando llevo no el teléfono, sino la cámara, y pregunto sobre la posibilidad de hacer fotografías nadie me dice que está prohibido y se limitan a recordarme que lo que no puedo realizar son fotos con flash?
Incapaz de encontrar respuestas, me asaltaron un par de dudas de categoría casi metafísica. Si realmente se quiere hacer pública la prohibición, ¿por qué no se pone un símbolo o un letrero al lado de aquello que no se permite fotografiar y, en cambio, se esconde en un rincón, donde, pondría la mano en el fuego, nadie sabe que existe, excepto quien lo ha colocado allí y quienes atienden al público? Y si la prohibición no es nueva, ¿por qué nadie me ha llamado hasta ahora la atención en todos los años que llevo haciéndolo?
Han pasado dos días y sigo sin encontrar respuestas.
No quiero despedirme sin antes invitar a quien esto lea a que se acerque al centro cultural y, haga uso o no de su biblioteca, no deje de visitar este tan pequeño como atractivo rincón dedicado a la ilustración, los trabajos de Joseba Baramendi le esperan.
Hasta el 7 de septiembre
De martes a viernes: 16:00 - 20:30
Sábado: 10:00 - 14:00 / 16:30 - 20:00
Domingo: 10:00 - 14:00
Lunes y festivos: cerrado
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