Hoy algo amable, intrascendente y, si os lo pide el cuerpo, bailable (o casi).
Aprovecho el centenario de la muerte de este compositor finlandés poco conocido por el sur de Europa, Oskar Merikanto (1868—1924), para recordar su obra a través de dos pequeñas y entrañables piezas musicales: Vals de una tarde de verano (la que interpreta la Orquesta Filarmónica de Helsinki) y el Vals lento (a cargo de la pianista Chenyin Li).
Que la música os sea favorable.
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