Gracias, Irene, por la sorpresa.
|
Foto de Irene. |
Cuando hablamos de belleza solemos englobar dentro del término conceptos como armonía, proporción, simetría, elegancia, perfección de forma, color atractivo, agradable textura; raras veces tenemos en cuenta la noción de sorpresa, y seguramente sea este componente uno de los más activos en la producción de belleza. De hecho, cuando disfrutamos de algún objeto bello durante mucho tiempo, tendemos a rebajar su grado de belleza con el paso de los años. El encuentro imprevisto y fortuito con algo a lo que no estamos habituados, ya sea animal, vegetal o mineral, es el origen de la fascinación primera, de la admiración inmediata, aunque esta se pase con el tiempo. ¿Qué otra cosa, si no, es el enamoramiento, la más sublime expresión de la belleza en todos los sentidos?
Jamás había visto una florecilla como esta o, al menos, no soy consciente. No es mayor que un diente de león y carece de colores llamativos, pero su extraña arquitectura me resulta fascinante; ahora bien, si en los componentes que forman parte de la idea de belleza incluyéramos el de agradabilidad, tal vez esta nigella se alejara un poco de ella. Supongo que algo así debió de sentir quien le dio por primera vez el nombre de arañuela. A mí, en cualquier caso, me resulta profundamente atractiva, quizás porque ha sido un auténtico descubrimiento; por eso, ya veis, de la sorpresa. Un regalo que el día ha puesto ante mis ojos. Otro más.
Este es el alcorque en que se encuentra. Como podéis ver, no es que destaque su presencia en él, pero es perfectamente reconocible.
|
Lugar donde se encuentra. |
Y esto gracias a la campaña de "alcorque vivos" que surgió hace relativamente poco tiempo en la zona centro de la ciudad y que, afortunadamente, sigue extendiéndose por los barrios.
Sobre los beneficios para la biodiversidad urbana, Mónica Rubio los explica muy bien en el blog El click verde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog es personal. Si quieres dejar algún comentario, yo te lo agradezco, pero no hago públicos los que no se atienen a las normas de respeto y cortesía que deben regir una sociedad civilizada, lo que incluye el hecho de que los firmes. De esa forma podré contestarte.