Editorial |
Son las más importantes y las mismas
que vienen repitiéndose
desde que el mundo es mundo.
Pesan igual que un grano de mostaza.
Crecen como una plaga de langosta.
Pero existen preguntas y preguntas.
La hoz interrogativa
y el martillo que dicta la sentencia.
Guantánamo y Mauthausen.
Hay un demonio en todas las preguntas.
No eches más leña al fuego.
No juzgues a las brujas.
Encogerse de hombros es dar una respuesta.
APOROFOBIA
Nunca saldrá de pobre la lechera
viajando con desidia del cántaro a la fuente.
Ya puede fabular con inversiones
de requesón y granja,
porque soñar es gratis,
pero pasa factura lo soñado.
Mejor dejarla ahí,
absorta y reticente,
volcada en su misión de dar sentido al cosmos.
Muchacha bodegón, mujer trabajadora
exiliada en museo.
La lechera no siente ni padece.
KARAOKE
Si no cantar mejor, cantar más alto.
En este parque público
siempre hay corros de niños
dispuestos a seguirle la corriente.
Banda sonora o sámpler.
El ruido del espíritu del tiempo.
Y, como el que no quiere
la cosa, tarareas.
Como bien podéis comprobar Luis Bagué se sitúa como observador de la vida cotidiana y nos ofrece una reflexión sobre la condición humana que bien pudiera ser la misma desde que el mundo es mundo. Cambian los trastos con que nos rodeamos, pero no nuestra manera de situarnos ante el mundo y sus problemas.
Escepticismo y tono meditativo conforman esta colección de poemas que tal vez no nos vaya a reconciliar con la sociedad y sus defectos, pero ayuda a mantener el espíritu críco. Otro poemario más en el que pensamiento y creación colaboran de forma equitativa en la creación de la palabra escrita.
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