No creo que haya en toda la historia de la literatura un caso como el de W. Blake, un poeta al que podemos leer en sus textos al mismo tiempo que en sus ilustraciones. Sí, es cierto que hay más escritores que también han pintado, pero no hay ninguno que alcance su extraordinaria calidad artística ni que haya ilustrado de manera tan directa y amplia su obra.EL NIÑO PERDIDO
Oh padre, padre mío, ¿a dónde vas?
No camines tan rápido.
Dile algo a tu hijo, padre, háblame,
o acabaré perdiéndome.
La noche era oscura, el padre no estaba.
La escarcha mojó al niño.
El cieno era hondo, el niño lloraba,
y huyó sin más la bruma.
EL NIÑO ENCONTRADO
No camines tan rápido.
Dile algo a tu hijo, padre, háblame,
o acabaré perdiéndome.
La noche era oscura, el padre no estaba.
La escarcha mojó al niño.
El cieno era hondo, el niño lloraba,
y huyó sin más la bruma.
EL NIÑO ENCONTRADO
El chiquillo perdido en el marjal desierto,
Lo mismo que la dedicada a Newton y que Paolozzi reprodujo a su manera para la entrada de la Biblioteca Británica de Londres.
LA VOZ DEL ANTIGUO BARDO
Acércate, muchacho alegre,
y admira la mañana desvelada:
de la verdad recién nacida imagen.
Se disipan la duda y la razón nublada,
y las negras disputas y las mañas arteras.
Laberinto sin fin es la locura.
Intrincadas raíces confunden sus caminos,
¡y cuántos han caído!
Tropiezan de noche con los huesos de los muertos,
sienten no saben qué, mas se preocupan:
y desean guiar a los demás cuando debieran ser guiados.
guiado por la luz errante,
rompió a llorar, mas Dios bajó de blanco
con la figura de su padre.
Besó al niño, tomó su mano fría
y hasta su madre lo condujo,
quien, pálida y llorosa, por el valle desierto
a su niño buscaba.
ALEGRÍA INFANTIL
"No tengo nombre,
nací hace dos días".
"¿Cómo habré de llamarte?"
"Soy feliz;
alegría es mi nombre".
"¡Que la dulce Alegría te acompañe!
¡Bella alegría!
Dulce alegría sin edad.
Dulce alegría he de llamarte:
tú sonríes,
yo te canto.
Que la dulce alegría te acompañe".
Por eso, no hay mejor edición de su poesía que la que se acompaña de los grabados que el propio autor diseñó para sus versos. En este sentido, la que realizó Atalanta con los Libros proféticos es ejemplar, aunque no sea precisamente barata. Pero merece la pena hacerse un regalo. Ahí vamos a encontrarnos con una de las más impresionante creaciones del artista inglés, El anciano de los días, es decir, Urizen. Una obra que por sí misma requeriría un comentario que no voy a realizar ahora.
Lo mismo que la dedicada a Newton y que Paolozzi reprodujo a su manera para la entrada de la Biblioteca Británica de Londres.
Sin embargo, hay al menos un poema en el que la representación artística realizada por el poeta-grabador ha sido superada por un contemporáneo suyo. Y no me refiero a la calidad del dibujo, sino al significado, a la conexión entre lo que el poema y la imagen quieren comunicarnos. Estoy hablando del poema
LA VOZ DEL ANTIGUO BARDO
Acércate, muchacho alegre,
y admira la mañana desvelada:
de la verdad recién nacida imagen.
Se disipan la duda y la razón nublada,
y las negras disputas y las mañas arteras.
Laberinto sin fin es la locura.
Intrincadas raíces confunden sus caminos,
¡y cuántos han caído!
Tropiezan de noche con los huesos de los muertos,
sienten no saben qué, mas se preocupan:
y desean guiar a los demás cuando debieran ser guiados.
Ampliad y comparad:
Curiosamente, la obra de Martin nació para representar un poema del escritor inglés Thomas Gray, no el de Blake; no obstante, el espíritu irracionalista romántico está más explícitamente recogido.
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