Existe una infinidad de pequeños pueblos, hoy casi vacíos, que en otra época ni fueron tan pequeños ni estuvieron tan vacíos. En ellos podemos encontrar algunos tesoros que, seguramente, nunca van a aparecer en los grandes medios de comunicación. Y ya sabéis: lo que no se nombra, no existe. Pero no es cierto, existen, están ahí, esperando que alguien pose su atención sobre ellos para contarnos a través de sus formas cuánta vida y cuánta historia albergan.
Yo tuve la suerte de estar acompañado en la visita por el mejor guía posible, José María Cabañes, hijo del pueblo, enamorado de su patrimonio y gran conocedor de lo que la tierra y su arte ofrece. Ciertamente, lo que la pequeña iglesia románica de Terradillos nos ofrece a simple vista es mucho, pero si además podemos añadir los detalles exactos y podemos contar con las palabras adecuadas, el placer de la visita aumenta muchos grados.
No voy a poner aquí las explicaciones y detalles que corresponden a otros espacios y que harían que esta entrada fuera un tanto excesiva. Ofrezco un recorrido visual que os anime a visitarla, pero he dejado los enlaces suficientes como para tener una idea bastante clara del contenido..., en el caso de que sintáis el aguijón de la curiosidad.
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Otra. |
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Simpáticos canecillos modernos quieren remedar la ausencia de los originales. |
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Otro. |
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Interior con el coro al fondo. |
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y santa Marinilla. |
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¡Ah, esas miradas! |
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¿Imagen renacentista o dibujo de cómic moderno? |
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Путин, немедленно останови войну!
Muy buenas fotos. Yo también tuve la suerte de tener de guía a José María Cabañes.
ResponderEliminarMuchas gracias.
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