Oruga atravesando el Paseo del Urumea, posiblemente en busca de refugio para convertirse en crisálida (3/10/2021). |
Por muy acostumbrados que estemos a los cambios y transformaciones de la naturaleza, resulta difícil imaginar que de esta oruga de vívidos colores salga una polilla como esta:
Calliteara pudibunda en fase de mariposa nocturna. Fuente: Wikipedia. |
Me entero por un artículo de Luis Monje que esta oruga se ha dedicado a devorar las hojas de las hayas de Urbasa (el artículo es de 2015). La descripción del destrozo es terrible: Hay quien dice que en septiembre, si se permanece un rato en silencio en las sendas que ascienden a la zona del Bosque Encantado, se escucha un misterioso rumor parecido al de la lluvia. Son legiones de cientos de miles de orugas devorando en las alturas las hojas de las hayas. La ficha del Gobierno de Navarra sobre este patógeno tampoco anima demasiado a encariñarse con ella: Las larvas causan defoliaciones, incluso totales, siendo las afecciones más importantes sobre los hayedos. No obstante, y debido a que las defoliaciones más importantes se dan a finales de verano, los daños son limitados, y menores que otros defoliadores, dado que en la práctica, adelantan la caída de la hoja.
Escribía Anatole France en El crimen de Silvestre Bonnard que todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía; porque aquello que dejamos es una parte de nosotros mismos: debemos morir una vida para entrar en otra. Ignoro lo que pueda sentir la polilla al abandonar el estado de crisálida, ni lo que sienta la crisálida al dejar de ser oruga. Yo, aunque no soy ingenuo y conozco los daños que realiza la famosa procesionaria del pino, no puedo evitar cierta tristeza al enterarme de que mi pudibunda haya podido dejar sin hojas ella sola algún tilo o abedul de la zona. Estaba tan contento con mi colorido y vistoso hallazgo que casi me arrepiento de haber buscado información sobre él.
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