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| Ejemplar del KM |
El libro está encabezado por esta cita de El Idiota, que Dostoyevski pone en boca de Myshkin. Me encanta la cita, me encantan los árboles y me encanta cuanto David G. Jara me enseña sobre los árboles, que es mucho, muchísimo. Solo tengo un pero, bueno dos, que poner: el uso abusivo del anglicismo implementar, que aparece por doquier, y la comparación con que introduce todos los capítulos entre su alumnado y el comportamiento que nos va a explicar del mundo vegetal. En algunos casos me parece empalagoso; en otros, arbitrario e incluso contradictorio. Reconozco que a partir del capítulo 7 me he saltado esas disquisiciones.
Dicho esto, el libro me parece delicioso y absolutamente recomendable para quienes como yo seáis amantes del reino vegetal al mismo tiempo que grandes ignorantes. Por él desfilan los sorprendentes venenos que poseen plantas tan aparentemente inocuas como las adelfas, los recursos para defenderse de las agresiones exteriores (lo de la mimosa pudica es enternecedor), la colaboración entre hormigas y árboles, los "trucos" que desarrollan para atraer polinizadores, la comunicación que establecen para avisarse de peligros, la sorprendente "memoria" del guisante, los curiosísimos recursos para dispersar semillas... Y todo ello con buena prosa y una excelente puesta al día de datos e investigaciones.
Si sois amantes de las plantas y vuestros conocimientos de botánica no van más allá del bachillerato, este libro os encantará. Es más, es uno de esos libros que cuando caen en manos adolescentes hace surgir vocaciones.
Aquí podéis consultar qué librería próxima a vuestro domicilio dispone de ejemplares.
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