El fresco con que se encuentran decoradas las paredes es copia de un original helenístico ya perdido, reinterpretado majestuosamente y que sorprende por su derroche de color, más exactamente por el magnífico y generoso uso del carísimo cinabrio.
La secuencia completa de escenas abarca diez momentos que los primeros estudios identificaron como la iniciación de una mujer en los misterios dionisíacos, ligados a la preparación de algún rito nupcial. Más tarde, las escenas fueron interpretadas como la iniciación a los misterios órficos. En la actualidad, se vuelve a la primera interpretación.
Sea como fuere, la Villa de los Misterios hace honor a su nombre y quienes la visitan se sienten fascinados por las imágenes y atrapados por los secretos que guardan sus pinturas: ¿qué teme la mujer que se aleja?, ¿por qué es sometida otra mujer al flagelo?, ¿qué representa la máscara detrás de la escena del sileno que da de beber al fauno?, ¿en qué consistían los misterios dionisíacos?
Pompeya, sin duda, tiene muchos atractivos para el visitante curioso. El de la Villa de los Misterios no es el menor.
Si quieres dejarte seducir por esos y otros misterios más, Linda Fierz-David te puede ayudar:
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