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sábado, 4 de julio de 2020

LA IMPORTANCIA DEL DETALLE

El concierto de flauta. Menzel. Fuente: Google Arts&Culture.
Lo bueno que tiene la pintura realista es que pone atención en los detalles e intenta llevar al lienzo una parte de lo que acontecía, es decir, tiene un valor documental.

La intención de Menzel (1815-1905) está en la figura central, Federico II, y en ofrecer modelos a la nación de los que sentirse orgullosa. Cuando se compone este lienzo (1852), estamos ante el nacimiento de los nacionalismos y los alemanes todavía tenían muy reciente la humillación causada por Napoléon, primero; por el fracaso de la revolución del 48, después.

Pero lo que a mí más me interesa de esta obra es la extraordinaria captación de los detalles por parte de su autor. De hecho, se estuvo documentando minuciosamente para recoger esta escena, que se solía producir con relativa frecuencia en la sala de conciertos del palacio de Sanssouci (Potsdam), más o menos, cien años antes de que la pintara.

Federico II, monarca ilustrado donde los hubiere, fue un habilidoso flautista que lo demostró en numerosas ocasiones. A sus conciertos se acudía solamente por invitación directa y eran muy pocas las personas que podían disfrutar de ese privilegio. Gracias al trabajo de documentación de Menzel, sabemos quiénes son todas cuantas aparecen en este lienzo. Y gracias a su representación realista también sabemos qué pasaba por las mentes de algunas de ellas.

Sabemos, y se nota, que a Bach, a Carl Philipp Emanuel Bach, un músico de enorme valía, no le hacía mucha gracia eso de ser un mero acompañante del solista, pero tuvo que hacerlo durante 28 años. Sentado delante del clavecín, da la impresión de que sigue con atención la interpretación del flautista, pero si nos fijamos un poco más podemos percibir un cierto aire de displicencia y medida distancia.



Pero el rincón que más me gusta a mí es el de la izquierda, donde tres personajes de la época responden de muy diferente manera ante el concierto. De izquierda a derecha se encuentran J. F. von Bielfield, escritor y estadista, absolutamente embelesado con la interpretación de su jefe. Luego, G. A. von Gotter, un burgués que supo hacer carrera en la política de la época y disfrutar de cuanto la vida le ofrecía (y se nota). Y, por último, el gran Maupertuis, un hombre de ciencia que formuló el principio de mínima acción y demostró que la Tierra está achatada por los polos. A este último el concierto no parece que le interese mucho y pone mayor interés en las pinturas del techo. 


De esta pintura me encanta la forma de reflejar cuatro maneras de ser y cuatro formas de estar ante una misma situación. Casi un estudio psicológico, sin pretenderlo, del ser humano y sus motivaciones. El análisis se puede extender al mismo Federico y a las cuatro mujeres que aparecen sentadas, pero no resulta  tan "amable".
***

A manera de documento, aquí tenéis unos minutos de una serie emitida en Alemania, donde se recoge el encuentro entre Bach (padre) y Federico el Grande, fruto del cual surgió la Ofrenda musical, BWV 1079:  

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