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sábado, 2 de mayo de 2020

TROILO Y CRÉSIDA (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 23)

Troilo y Crésida tiene un punto nihilista e "intelectual" que no se suele percibir la primera vez que se lee o se ve representada. Es la primera de las "comedias problema" y, tal vez, la más enigmática de las tres. Se basa en una leyenda romántica medieval de la guerra de Troya —Crónica Troyana—, pero que nada tiene que ver con el mundo clásico griego, es decir, con la Ilíada, aunque aparezcan los personajes y la época.

Pero es que, además, como muchas veces ocurre con las obras de Shakespeare, hay posibles referencias y alusiones que no son visibles a no ser que nos hayamos informado previamente. Así, en este caso, parece que en su Aquiles debemos leer una sátira del por entonces caído en desgracia conde de Essex. También deberíamos percibir una parodia de la retórica de Chapman y de la actitud moralizante de Jonson. Pero esto es hilar muy fino; trabajo, en definitiva, de especalistas. Quedémonos en lo que sí podemos percibir hoy: la deslealtad amorosa, la falsedad del honor y la inutilidad de la guerra.

Troilo y Crésida es básicamente dos obras en una. Por un lado, la tragicomedia de la muerte de Héctor, asesinado por Aquiles. Por otro, la traición de Troilo por parte de Crésida, que se entrega a Diomedes cuando tiene que abandonar la ciudad de Troya y entrar en el campamento griego. Todo esto nos aleja mucho de la clásica historia de los héroes griegos. Troilo es un engreido y un enamorado del amor; Héctor, su hermano, un inconstante y codicioso; Agamenón, Néstor y Áyax, unos descerebrados; todos, en definitiva, son personajes poco admirables, y la guerra, la gran locura humana.

Así, pues, Shakespeare utiliza la historia de la guerra de Troya como punto de partida, pero la dota de un carácter completamente diferente, solo un poco más próximo al Troilo y Crésida de Chaucer. A Shakespeare le interesa más ahondar en las relaciones humanas. Y en este profundizar sobre lo humano toda la historia adquiere un tinte sombrío y pesimista, un carácter amargo y oscuro. Las diferencias entre su historia y las de sus predecesores son muchas, tanto en contenido como en los aspectos más "decorativos".

Las palabras meditabundas de Héctor en la escena 5 del acto IV bien pueden representar ese tono en el que se mueve la obra:

...Todo el fin lo corona
Y el viejo árbitro común, el tiempo, 
Pondrá término un día.

O estas otras de Ulises en la tercera escena del tercer acto:

Pues que ingenio, hermosura, 
Alcurnia, fuertes huesos, mérito en el servicio de valía, 
Amistad, caridad y amor, están sujetos 
Al tiempo calumnioso y envidioso.

Aquí os dejo esta valiente puesta en escena del Teatro dei Borgia (está en italiano):



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