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viernes, 21 de junio de 2019

LA VENTANA DIGITAL


La digitalización es un enorme recurso para multitud de actividades y trabajos. Y es una ayuda incontestable para acercar y explicar el arte a la población, pero en ningún caso es un sustituto de la obra original ni del ensayo, del estudio sobre la misma. 

La exposición que Tabakalera abrió el 31 de mayo en la Sala 2 de la primera planta, en la que se presentan siete obras de los Museos de París, puede resultar muy atractiva a quienes adoren las pantallas y sean entusiastas del tamaño grande. Pero después de ampliar al máximo el detalle y de leída la muy genérica información sobre la obra en cuestión y la escuálida "narrativa" que se ofrece, uno tiene la impresión de que alguien ha confundido la publicidad gratuita sobre los museos de la ciudad de París, del proyecto scModules y de la aplicación para móviles y tabletas que anuncian con el arte en sí. 

Disfrutar y comprender las obras de arte puede suponer en determinados momentos recurrir a la pantalla y pasar de una imagen a otra con un simple y ligero movimiento de dedo. Todo muy rápido, muy sencillo, muy aséptico y muy tecnológico. Pero nada que ver con la emoción original de ver la obra de forma directa ni con adentrarse en ella a través del estudio y del esfuerzo, de la búsqueda y contraste de la información más allá del par de párrafos tópicos.

Por otra parte, tampoco veo en qué mejora esta exposición lo que los grandes museos del mundo ofrecen desde hace bastante tiempo a través de sus páginas oficiales. De hecho, ofrecen bastante más información y análisis de la obra. Y en cuanto a calidad de imagen, los vídeos que suelen tener todos ellos, recorriendo las grandes obras maestras al detalle y siendo contadas por auténticos especialistas, deja en muy mal lugar cualquier aplicación móvil o pantalla grande.

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