No voy a comentar qué es lo que se oculta entre las notas de la partitura, porque hay muy buenos musicólogos que lo han hecho mucha veces y lo han hecho muy bien. En cualquier caso, para los que quieran una primera aproximación, el programa que Ramón Gener dedicó a esta obra en 2015, o la guía de audición de Luis Ángel de Benito, cumplen sobradamente con ese objetivo.
Conozcamos o no los infinitos recursos técnicos que puso en juego Mozart, sepamos del intramundo masónico y del viaje hacia el conocimiento o no, estemos al tanto de su argumento o simplemente lo ignoremos todo, nada nos impide disfrutar de alguna de las melodías más populares de este tipo de música, como son el dúo de Papageno y Papagena (2:19: 05 en la versión de ahí abajo), el aria de la Reina de la Noche (1:22:50) o la del príncipe Tamino (0:19:30).
En el momento en que redacto estas líneas, todavía quedan algunas, muy pocas, entradas disponibles. Para quien no pueda o no quiera ir, aquí dejo la obra completa con subtítulos.
Mozart es maravilloso,como se nota que vives en Donosti y no te pierdes ningún evento, ¡¡¡que suerte¡¡¡
ResponderEliminarUn abrazo
Tienes razón, Manoli, poder acudir a cualquier sitio andando y volver a casa por tus propios pies elimina casi todos los reparos que se puedan poner para no acudir a un espectáculo. Y sí, Mozart es maravilloso, aunque su libretista y amigo, Schikaneder, no lo fuera.
ResponderEliminarOtro abrazo.