Editorial |
La información está organizada en bloques: , Geografía (1051 datos), Historia (667), Sociedad (641), Fauna y flora (384), Economía (356) y Ciencia (176), que se reparte por las distintas zonas del mundo, es decir, por todos y cada uno de los mapas que conforman el atlas. Además, hay siete entradas previas que aportan información general sobre el planeta: la atmósfera y datos generales, las grandes exploraciones, terremotos y volcanes, las montañas más altas, los mayores ríos, los países más grandes y los países más pequeños. A partir de ahí comienza la información por grandes regiones del mundo y por países.
Cada gran región —América del Norte, América del Sur, Europa, Asia, África, Oceanía, Antártida y océanos— está impresa en un color distinto y se abre con una curiosidad, adelanto de las que vamos a encontrar posteriormente cuando entremos en el detalle de los mapas. Así, por ejemplo, en América del Sur nos anuncian que el Salto Ángel es el más alto del mundo y que debe su nombre al aviador americano Jimmie Angel, que fue su descubridor. Su avión se estrelló en la cima de la montaña y tardó 11 días en llegar a la parte inferior de la cascada. O en Oceanía nos recuerdan que Tokelau es el primer Estado del mundo que utiliza solo energía solar.
Todo es muy visual y la información está organizada en torno a los mapas de manera clara y sencilla. Una imagen os mostrará mejor que mis palabras cómo está realizado:
Esta la podéis ampliar. |
Yo solamente le veo una pega: no está pensado para quienes ya tenemos presbicia, vista cansada. El tamaño de la letra es un poco pequeño y los textos están escritos con letra marrón sobre un fondo crema que no facilita su lectura. Debo reconocer, a pesar de todo, que me he entretenido bastante con él, pero siempre con luz diurna.
Un atlas ideal para regalar a esas criaturas que lo quieren saber todo —o casi todo—, y luego te hacen preguntas imposibles de contestar.
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