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martes, 25 de diciembre de 2018

LA SALVACIÓN DE LO BELLO

Editorial
Primer movimiento:

Lo pulido, lo pulcro, liso e impecable es la seña de identidad de la época actual. Es en lo que coinciden las esculturas de Jeff Koons, los iPhone y la depilación brasileña. ¿Por qué lo pulido nos resulta hoy hermoso? Más allá de su efecto estético, refleja un imperativo social general: encarna la actual sociedad positiva. Lo pulido e impecable no daña. Tampoco ofrece ninguna resistencia. Sonsaca los "me gusta".

Segundo movimiento:

Lo bello, cuando se concreta en sus mejores posibilidades, es una poderosa combinación de familiaridad y extrañeza. Lo bello reconforta y conmociona, hiere y sana, sacude y aquieta. En lo bello, además, asoma el vértigo de lo insólito, la fuerza de lo inesperado, el destello de lo distinto. en lo bello, como nudo de relaciones, lo oculto se desvela y se articula lo posible. 

Tercer y último movimiento:

La verdad como verdad del ser es un suceso, un acontecimiento que es lo único que otorga a lo ente sentido y significado (...) La verdad hace que todo se muestre de otro modo. El acontecimiento de la verdad define de nuevo lo que es real. Engendra un "es" distinto. La obra es el lugar que gesta, recibe y encarna el acontecimiento de la verdad. El Eros está apegado a lo bello, a la manifestación de la verdad. En eso se diferencia del me gusta.

Me gusta el esfuerzo por ofrecer entidad y consistencia a la belleza, es decir, al pensamiento. Keats, que no había leído a Platón, lo dijo de forma más bella que el filósofo griego en los dos versos finales de la Oda a una urna griega
"Beauty is truth, truth beauty, —that is all / Ye know on earth, and all ye need to know".
"La belleza es verdad, y la verdad belleza / —Todo eso y nada más habéis de saber en la tierra". (Traducción Pedro Nicolás Payá).

Mi duda es si actualmente el arte, esto es, la comunidad artística, persigue y pretende la belleza. Tampoco tengo claro que la reflexión sobre el arte y la obra de arte transcurran por el mismo sendero. Y la divergencia viene de lejos.
Nocturno en negro y oro. Fuente: Wikipedia.

En 1875 John Ruskin escribía ante Nocturno en negro y oro, de James McNeill Whistler: Yo he visto y oído antes una considerable insolencia cockney; pero nunca pensé que escucharía a un gallito petulante pedir doscientas guineas por echarle a la gente un tarro de pintura en plena cara. El juicio posterior por difamación donde fue compensado con una guinea no fue ciertamente una victoria del artista. Sí lo fue la plataforma que surgió para defender los derechos de los artistas, liberados de las constricciones de la crítica.

Como señaló Dupré: Cada época actualiza la batalla entre el artista y el crítico. Es un eterno conflicto imposible de resolver porque su origen es la discrepancia sobre una de las preguntas más fundamentales: ¿qué es el arte?


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Una explicación más didáctica y un comentario más detallado del contenido del libro lo encontraréis en este vídeo:

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