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jueves, 29 de noviembre de 2018

¿QUÉ ME CABE ESPERAR?

Javier Echeverria, Txelo Ruiz, Humberto Bustince y Elena Lazkano.

Acudo a la primera de las Jornadas sobre feminismo y robótica, en la que Humberto Bustince, fundador y responsable del Grupo de Investigación en Inteligencia Artificial y Razonamiento Aproximado de la Universidad Pública de Navarra, departe sobre Inteligencia artificial hoy: historia, posibilidades y desafíos. La exposición es dinámica, atractiva, llena de datos —él es especialista en ciencia de datos entre otros muchos saberes— y entusiasta. Comunica con pasión y se agradece.

Por la charla van pasando el big datalos cobotsla ciencia de datos, la industria 4.0, la computación cuántica, los procesadores inteligentes, el deep learning..., es decir, todo cuanto hace, es fruto y se refiere a la inteligencia artificial y, como las jornadas son las que son, termina con unos apuntes sobre el sesgo de género, la importancia que tiene que la mujer se incorpore a estas tareas, lo difícil que es ir contra los hábitos culturales y la necesidad de legislar adecuadamente para evitar los rasgos discriminatorios en programas, aplicaciones y algoritmos. Por supuesto, durante la exposición salen también las típicas advertencias sobre redes sociales y la llamada a extremar la discreción a la hora de utilizar información personal. 

Me resulta particularmente chocante que los expertos en inteligencia artificial hagan hincapié en que seamos cautos a la hora de ir dejando rastros de cuanto hacemos y decimos en la red —la prudencia es una virtud que deberíamos practicar en todo momento—, o que nos adviertan sobre los sesgos de género, los rasgos ideológicos y los aspectos discriminatorios e incluso racistas de programas, aplicaciones y demás herramientas virtuales. Sin duda, es obligado señalar el defecto para hacerle frente. Como la prudencia, es necesario tener siempre presentes la ecuanimidad y la justicia, valores esenciales a defender en cualquier ámbito y en cualquier momento. 

Ahora bien, si el rasgo más definitorio de la inteligencia artificial es precisamente el sustantivo y no el adjetivo, esto es, la inteligencia, si hoy ya existen máquinas que son capaces de aprender por su cuenta, si en algunas funciones ya toman pequeñas decisiones, si cada vez que se hacen proyecciones de futuro inmediato esta inteligencia es sin duda más rápida, más segura y más eficaz que la humana, no parece razonable obviar la mayor de las cuestiones: ¿estamos realmente creando máquinas capaces de pensar por sí mismas? Si esto es así, y parece que todo apunta en esa dirección, más preocupante que la máquina tenga voz de mujer o de hombre es que pueda decidir por su cuenta, incluso en contra de nuestra voluntad, como hizo el célebre HAL 9000 en 2001: una odisea del espacio.

Por otra parte, tampoco entiendo que a veces se pongan en plan alarmistas y nos digan cosas como "ya estamos viviendo lo que Orwell denunciaba en su célebre 1984", o "ya está aquí el mundo feliz de Huxley". Y no lo entiendo porque el paralelismo que pueda surgir de alguna situación concreta no es, ni de lejos, lo que realmente se describía en esas novelas. Y tampoco lo entiendo porque si ellos son los expertos y quienes están trabajando en la creación de semejantes programas, aplicaciones, máquinas o lo que sean, ¿por qué siguen haciéndolo en lugar de rebelarse y denunciarlo? Habrá que parafrasear a sor Juana Inés de la Cruz y preguntarles ¿por qué acusáis "al sistema", si sois sus creadores?

Todo esto me confunde sobremanera. ¿Debo esperar, en este estado de perplejidad en que me hallo, a que la inteligencia artificial pueda llegar un día a ser verdaderamente inteligente y decida suprimir del planeta a la única especie que es capaz de planificar su propia autodestrucción? Razón, tal vez, no le iba a faltar. ¿O debo esperar que llegue a realizar juicios morales, demostrar empatía, considerar las cuestiones éticas, valorar lo diferente, el diálogo, la comprensión, tener en cuenta los aspectos no pragmáticos de una cuestión?

¡Socorro, que alguien me ayude!

                                                                 ***

El día que redacté esta breve reflexión no estaba aún subida la charla. Ya sí, Aquí la tenéis.

2 comentarios:

  1. Detalle importante las maquinas no tienen emociones.
    Y si los programas dejan sesgos de nuestras miserias humanas;creo q no seria preocupante.

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