Fuente: wired.com |
Fuente: financialtribune.com |
En mi opinión, lo que dotaba de interés a la acción era el cartelito explicativo que la acompañaba. Se podía leer lo siguiente (las negritas son mías): Este magníficamente conservado ejemplo de arte primitivo data de la era postcatatónica y, según se cree, representa a un hombre prehistórico realizando una incursión en los cazaderos de los alrededores del pueblo. Se sabe que el artista ha creado un importante corpus en el sudeste de Inglaterra bajo el nombre de Banksymus Maximus, pero apenas se tienen datos sobre él. La mayoría de la obras de arte de este tipo no han llegado a nuestros días, son destruidas por esforzados funcionarios municipales que no saben apreciar el mérito y valor histórico de la pintura mural.
Es fácil apreciar el tono humorístico de la nota, la dura crítica —son unos ignorantes— contra las instituciones que ordenan la limpieza de las paredes y el elevado ego del artista, que no pierde la ocasión para la autoalabanza. Otra cosa bien distinta es a qué queremos llamar arte y en manos de quién queremos dejar ese privilegio.
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