Los Planetas es la obra más conocida del compositor inglés Gustav Holst. Sin duda, uno de los grandes éxitos de la música clásica del siglo XX. En esta suite hay dos movimientos que compiten en fama: Marte y Júpiter. El cine, de momento, ha terminado inclinando la balanza hacia Marte, el portador de la guerra. Son innumerables las adaptaciones, copias, versiones y demás, que el ostinato de Marte ha tenido en las películas de guerra, lógicamente. Tal vez la más famosa sea la que realizó Williams para La guerra de las galaxias, pero hay otras muchas más.
Júpiter, el portador de la alegría, no se queda muy atrás, en este caso por motivos patrióticos, y es que los ingleses tienen una enorme capacidad para hacerse con piezas musicales y transformarlas en himnos. Holst compuso Los planetas durante la Primera Guerra Mundial. Poco después, en 1921, adaptó la música de Júpiter para que se pudiera cantar la letra del poema I Vow to Thee, My Country, de Cecil Spring Rice. Las ceremonias conmemorativas del Armisticio, primero, y los actos públicos de cierta entidad, después, convirtieron esta pieza en un auténtico himno patriótico del que es difícil despegarse.
Utilizaciones posteriores al margen, Júpiter es una de las piezas musicales más atractivas, vigorosas y revitalizantes que podemos encontrar en la música del pasado siglo. Aquí la tenéis en interpretación de la Orquesta Sinfónica de Chicago bajo la dirección de Cristian Măcelaru. Una delicia.
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