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miércoles, 12 de julio de 2017

UJUÉ, UN PUEBLO CON ENCANTO Y CON LEYENDA

Imagen de la Guía ilustrada de Navarra. Luis Goñi Iturralde.
Ujué —en euskara, Uxue, que significa paloma—, es uno de los muchos pueblos con encanto de Navarra. A su atractivo natural hay que añadir una leyenda. No sé a vosotros, pero a mí, me gustan los lugares que a la belleza propia de sus edificios, su historia y su marco geográfico, añaden alguna leyenda ancestral, lo que aporta algún significado más a lo que vemos.

La leyenda de Ujué explica por qué se encuentra situado sobre un cerro y por qué tiene ese nombre. Como toda leyenda, siempre tiene algún elemento que sirve para mostrarnos algún rasgo característico del lugar, en este caso, como he dicho, ubicación y título.


Ermita de S. Miguel
Hace mucho, mucho tiempo, se encontraba un pastor cuidando tranquilamente su rebaño, cuando se dio cuenta de que una paloma no paraba de revolotear en la entrada de una grieta que se abría en un enorme peñasco. Trató de ahuyentarla, pero la paloma no cedía en su empeño, tal y como si quisiera que el pastor se acercara. Movido por la curiosidad, el pastor echó un vistazo y se adentró en el agujero. La paloma también penetró en él. Cuál no fue su sorpresa al descubrir en el interior de la cueva que la paloma se posaba a los pies de una imagen de la Virgen. La paloma le había conducido hasta ella. Cuando los lugareños tuvieron noticia de la historia, la tomaron por una señal de que allí debían levantar un templo y, en torno a él, sus casas.


Ábside y Virgen
Esta historia medieval, con más o menos variantes, se repite a lo largo y ancho de la geografía peninsular y suele servir para indicar que el lugar ha sido designado por voluntad divina —normalmente, la Virgen— para erigir un santuario, un monasterio, una iglesia... Los topónimos nos dan muchas pistas. Pero también nos sirve de excusa para entablar conversación con los lugareños, que siempre estarán dispuestos a contárnosla e incluso a ofrecernos un trago que haga más ligera y más próxima nuestra visita.

Pero este pueblo-paloma de poco más de cien habitantes, tiene muchos más atractivos. De entre ellos, el más visitado es su templo-fortaleza, con ábsides románicos y nave central de estilo gótico, donde está presente la talla románica del siglo XII, de la Virgen que tanto aprecian sus titulares.


Paseo de ronda
La iglesia está encastrada en un castillo que domina todo el valle. Es una fortaleza fronteriza medieval que se erigió para dar protección a la zona y origen, ahora sí, del poblado que surgió a su alrededor. Su paseo de ronda del lado oeste es uno de los más bellos y elegantes que conozco, adornado con pilastras y balaustrada de piedra. Desde él las vistas de la Ribera son estupendas.

Y ya puestos a contar, tampoco desmerece la historia de por qué se encuentra guardado en la iglesia de Santa María el corazón del rey Carlos II de Navarra. Este rey celebró de mala manera el comienzo del año 1387. Según dicen, pero yo no estaba allí para comprobarlo, sufrió un desmayo y su médico ordenó que se le envolviera en paños humedecidos en coñac. Un criado, suponemos que sin querer e intentando aplacar el frío del momento, incendió los paños y ahí acabó la vida del monarca, apodado el Malo. El cadáver fue eviscerado y repartido entre la catedral de Pamplona (el cuerpo), Roncesvalles (las vísceras) y iglesia de Ujué (el corazón).

Historias escatológicas aparte, callejear por el pueblo, donde se pueden comer una estupendas migas, nos va a ofrecer sorpresas muy agradables y rincones llenos de belleza arquitectónica 
Un rincón de la Plaza Municipal
y también natural.


Árbol de la seda en plena inflorescencia, calle Larga.
Podéis encontrar información muy completa sobre el pueblo en este blog de Mikel Burgui dedicado a él.

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