Hoy mismo se ha abierto al público en el Museo del Prado la videoinstalación de la artista iraní Farideh Lashai (1944-2013) con la que reinterpreta Los desastres de la guerra, de Goya.
El mecanismo que impregna la obra me parece muy sugestivo y eficaz. En un gran panel podemos ver los escenarios vacíos donde suceden los acontecimientos que narran Los desastres de la guerra. Suena un nocturno de Chopin. Una luz va pasando por cada uno de los desastres. En el momento en que la luz ilumina la imagen, aparecen las figuras. Se va y desaparecen.
Memoria y olvido, presencia y ausencia, aparición y desaparición, la luz y la oscuridad. El dolor que generan nuestras actuaciones más brutales. Una manera muy efectiva de recordarnos lo que somos y lo que hacemos.
La videoinstalación permanecerá abierta hasta el 10 de septiembre. Ana Martínez de Aguilar, comisaria de la exposición, explica la obra de Lashai.
PARADOJAS
El universo podría haber sido perverso, aleatorio o caprichoso.
Y pese a todo se nos aparece completo, coherente y bello.
MICHIO KAKU
Unas veces el hombre lucha contra el hombre
y otras llora
o tiene miedo.
Somos
el peor sueño
para nosotros mismos.
Cada dos segundos
ideamos
nuevas formas
para hacernos daño.
Podemos vivir asentados en el odio,
despreciar
de mil maneras
diferentes
cuanto hacen y expresan
otros seres humanos.
Generosos en el insulto,
parcos en la alabanza,
tacaños en la ayuda,
largos en el menosprecio.
Somos seres rastreros,
envidiosos,
dañinos,
la peor plaga
del planeta.
Y a pesar de todo
y sin embargo
nada es más bello
ni produce más contento
que otro ser humano
a nuestro lado.
Y pese a todo se nos aparece completo, coherente y bello.
MICHIO KAKU
Unas veces el hombre lucha contra el hombre
y otras llora
o tiene miedo.
Somos
el peor sueño
para nosotros mismos.
Cada dos segundos
ideamos
nuevas formas
para hacernos daño.
Podemos vivir asentados en el odio,
despreciar
de mil maneras
diferentes
cuanto hacen y expresan
otros seres humanos.
Generosos en el insulto,
parcos en la alabanza,
tacaños en la ayuda,
largos en el menosprecio.
Somos seres rastreros,
envidiosos,
dañinos,
la peor plaga
del planeta.
Y a pesar de todo
y sin embargo
nada es más bello
ni produce más contento
que otro ser humano
a nuestro lado.
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