—Tal vez el trabajo que hagamos sea una mierda, pero esto es lo mejor que váis a escuchar en mucho tiempo.
Así fue como oí por primera vez a Cohen. Sonaba el disco Songs from a room. Nos envolvió con su voz profunda y su música suave. Ninguno de los que estábamos allí sabíamos inglés, pero cuando llegó The Partisan nos unimos al coro inmediatamente para repetir eso de
Les Allemands étaient chez moi
Il me dit, "résigne toi"
Mais je n'ai pas peut
J'ai repris mon arme
...
Luego pasaron los tiempos partisanos y vinieron muchas más canciones. Todas cálidas, todas hermosas. Yo me fui escorando cada vez más hacia el lado de la poesía y de la música clásica; aún así, siempre que acudo a él en busca de refugio, Cohen me abraza con su voz y me da calor.
Se ha ido. Nos quedan sus canciones.
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