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jueves, 18 de agosto de 2016

DE LA PASIÓN POÉTICA A LA PASIÓN MATEMÁTICA

A decir verdad poco me suelen interesar las biografías y las anécdotas personales de los autores a quienes leo. Me mueve la obra que hacen y desde lo que escriben suelo intentar entender por qué lo dicen, aunque, bien es cierto, a veces no me queda más remedio que recurrir a la biografía para poder comprender —o intentarlo, al menos— algunos aspectos que se resisten. 


De Byron, sin duda, hay mucha biografía que contar, pero lo que me llama la atención es su hija Augusta Ada King, a quien casi no llegó a conocer —un mes después de que naciera abandonó la familia y no volvió a verla—. Ella se dedicó con entusiasmo al estudio matemático, tal vez empujada por su madre hacia un área de la cultura lo más alejada posible de la que el padre cultivaba.

Sea como fuere, Ada dejó aportaciones importantes al mundo de las máquinas de calcular y es reconocida como la primera persona en describir un lenguaje de programación de carácter general a través de la interpretación de las ideas de Babbage. En su traducción de Notions sur la Machine Analytique de Charles Babbage, de Luigi Menabrea, Ada añadió programas que ella misma había desarrollado.

De hecho, no es que tradujera el libro, es que sus notas aclaratorias son más extensas que el texto que tradujo y sus aportaciones personales mucho más ricas y significativas. Fue ella quien estableció la diferencia entre datos y procesos, con lo que se abría el camino hacia la computación. En el vídeo, Capi Corrales cuenta muy bien el por qué de la importancia de Ada King (Ada Lovelace).

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