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lunes, 4 de julio de 2016

HAMLET, TAL VEZ EL PERSONAJE MÁS INTERESANTE DE TODA LA LITERATURA

Ser, o no ser, ésa es la cuestión. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia? Morir es dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron y los dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza?... Este es un término que deberíamos solicitar con ansia. Morir es dormir... y tal vez soñar. Sí, y ved aquí el grande obstáculo, porque el considerar que sueños podrán ocurrir en el silencio del sepulcro, cuando hayamos abandonado este despojo mortal, es razón harto poderosa para detenernos. Esta es la consideración que hace nuestra infelicidad tan larga. ¿Quién, si esto no fuese, aguantaría la lentitud de los tribunales, la insolencia de los empleados, las tropelías que recibe pacífico el mérito de los hombres más indignos, las angustias de un mal pagado amor, las injurias y quebrantos de la edad, la violencia de los tiranos, el desprecio de los soberbios? Cuando el que esto sufre, pudiera procurar su quietud con sólo un puñal. ¿Quién podría tolerar tanta opresión, sudando, gimiendo bajo el peso de una vida molesta si no fuese que el temor de que existe alguna cosa más allá de la Muerte (aquel país desconocido de cuyos límites ningún caminante torna) nos embaraza en dudas y nos hace sufrir los males que nos cercan; antes que ir a buscar otros de que no tenemos seguro conocimiento? Esta previsión nos hace a todos cobardes, así la natural tintura del valor se debilita con los barnices pálidos de la prudencia, las empresas de mayor importancia por esta sola consideración mudan camino, no se ejecutan y se reducen a designios vanos.

Da igual la traducción que nos ofrezcan. Desde la primera oración sabemos que se trata del famoso monólogo de Hamlet. Nos lo sirvan como nos lo sirvan, sabemos que pertenece a una de las obras cumbres de la creación shakespeariana, que es lo mismo que decir universal.

Hamlet es mi preferida. Tal vez de las otras me pueda cansar o buscar un estado de ánimo propicio para releerlas. Con Hamlet me da igual. Y siempre encuentro algo nuevo, porque en ella leo el mundo y me leo a mí mismo, y tengo la impresión de que crezco perdido en sus diálogos.

La obra es desgarradora, pero no triste. Divertida, ingeniosa, compleja, inagotable. Escrita para ser representada, nunca he visto una versión que me conmueva tanto como su lectura. Hamlet tal vez sea el personaje más interesante de toda la literatura.

Aquí os lo dejo en el montaje de 1970 para Estudio 1

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