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jueves, 14 de abril de 2016

LA TIERRA QUE PISAMOS, de Jesús Carrasco

Tengo sentimientos encontrados con esta segunda novela de Carrasco. Me gusta mucho cómo está escrita y construida, pero no me acaba de gustar lo que nos cuenta. Me atrae la sutileza y elegancia con que escribe, pero no acabo de encajar bien ciertas licencias del argumento. 

Comienzo con lo que no me gusta:
  • Desde que la crisis ecónomica se asentó sobre nuestras vidas, percibo una tendencia a contar historia terribles, muy duras, como si contando lo mal que lo pasan los personajes, fuéramos más responsables y solidarios con las personas de verdad. Me parece una mirada muy superficial y populista, pero allá cada cual.
  • Se me hace poco verosímil en un relato con intenciones realistas que el autor me sitúe en un lugar y en un tiempo muy concretos, pero donde lo que me cuenta es algo que no tiene nada que ver con la historia real. No entiendo por qué utilizar un tiempo histórico concreto si lo que se va a narrar es un acontecimiento posible, pero no histórico. Sacarlo de la historia me parece más sencillo y eficaz.
Y ahora algunas de la propuestas que sí me han gustado:
  • Si en Intemperie construía un relato sólido con muy pocos personajes, en La tierra que pisamos hace otro tanto. Ejemplar es la protagonista —una mujer ya mayor, esposa de un sanguinario coronel retirado— y su transformación a medida que la novela avanza hasta llegar a la plena asunción de las consecuencias que tiene su forma de actuar.
  • La economía de medios que utiliza para contar la historia, así como la organización de la misma me parecen de lo mejor que he leído. Podría pensarse que esa reducción menoscaba el relato, pero no es así. Antes, al contrario, acentúa la intensidad del mismo. ¿Y qué mejor virtud que la que hace que queramos seguir leyendo?
  • La precisión y riqueza del vocabulario, la tendencia a la frase corta, la desaparición de elementos ornamentales, el predominio del verbo y el sustantivo. Todas esas cualidades hacen de La tierra que pisamos una novela enérgica, noble e intensa.
En cualquier caso, sí es cierto que la novela está siendo muy leída. No suelo comprar este tipo de libros, pero cada vez que miraba a ver si estaba disponible en alguna de las bibliotecas de la zona, siempre me encontraba con que estaba prestado y he acabado comprándolo. 

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