"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
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domingo, 10 de enero de 2016
DE SINÉCDOQUES Y ANGELITOS
La sinécdoque es un recurso expresivo que se utiliza con mucha asiduidad tanto en poesía como en el lenguaje coloquial. Una de sus formas más habituales consiste en utilizar una parte para representar el todo —tiene quince primaveras (años), un rebaño de cien cabezas (animales)...—. Algo así podríamos decir que ha ocurrido con estos dos angelitos. En este caso la parte, más que representar el todo, se lo ha comido, lo ha hecho desaparecer.
Es cierto que hay otras sinécdoques famosas en el mundo del arte. Seguramente el más conocido ejemplo sea el de las manos de Adán y de Dios en la pintura de La creación de Adán. Sin embargo, la parte no llega a suplantar al todo, no llega a anular el recuerdo de la imagen global a la que pertenece. Aquí, en cambio, pocas personas recordarán de qué obra forma parte la imagen de los angelillos acodados.
No me cabe ninguna duda de que con este acto de canibalismo de la parte con respecto al todo mucho tuvo que ver aquella moda de los 80 que dio en recoger imágenes de ángeles-niños en todo tipo de soportes. No había museo que se preciara que no tuviera a disposición de visitantes un póster, una lamina, un bolígrafo o una caja de cerillas en los que aparecieran semejantes seres. Aunque ya en el XIX sagaces vendedores separaron esta imagen y la colocaron en álbumes, cuadernos y bordados.
En el caso que nos ocupa ni tan siquiera los expertos están seguros de que el autor del lienzo sea el mismo que el de estos dos pequeños personajes. Y la sospecha viene de antiguo, desde que Von Heineken soltara en 1760 aquello de los dos niños, por el contrario, son de tal calidad que es imposible que sean de... Me ahorro el nombre porque seguramente lo conocéis, y para quien no lo conozca va a ser toda una sorpresa... el atrevimiento del crítico Heinecken.
Sean o no del autor correspondiente, a mí la expresión entre aburrida y ligeramente fastidiada, como diciendo pero esto, ¿cuándo termina?, me parece lo más natural y conmovedor de la obra. Obra y autor que si tenéis la curiosidad de ver, tendréis que hacer clic aquí.
Feliz tarde de domingo.
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