Caballito de papel habla con caballito de madera |
¿Y adónde voy yo ahora
sin una mano que me sostenga,
sin una voluntad que me impulse?
Tú puedes compartir las risas,
saltar y correr
por encima de tus límites,
quebrarte y recomponerte,
disfrutar de manos cálidas
que te enseñen mil aventuras.
Yo, en cambio,
seguiré expuesto al diminuto silencio
de no ser nada más que adorno
tal vez insustancial
de un capricho pasajero.
He perdido para siempre
la mano que me creó,
el dulce ser de tener sentido
mientras nacía.
Jesús amigo
ResponderEliminarQué precioso poema. Le mando ánimos a ese ser comido por la separación
Un beso
Gracias, Charo. Me alegro de que te haya gustado tanto el poema.
EliminarOtro beso.