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lunes, 7 de septiembre de 2020

DESCENDER HACIA LA LUZ


Alma de la escalera de caracol del Monasterio de Rioseco

Esta imagen fue la que inspiró el título del poemario que saldrá dentro de unos días. Lo mismo que a mí me gusta averiguar qué es lo que motivó una obra, qué es lo que hay detrás de ellas —ciertamente, en algunas ocasiones no hay nada, excepto el fogonazo de luz de una idea—, cuál puede ser su origen; también me gusta ofrecer, cuando existen, esas pequeñas anécdotas que dieron lugar a mis textos, en este caso, al título, y con él, a la idea general que aglutina los poemas.

A San Agustín le parecía exacta la metáfora del cielo. A Newton, en cambio, hermosa y eficaz. Sin embargo, no es cierto que la luz nos venga siempre desde arriba. A decir verdad, no hay un centro único que podamos señalar como su origen. En ocasiones, incluso, lo que más brilla no es lo más luminoso, ni tampoco lo más profundo es lo más oscuro; misterios hay que iluminan nuestra vida, evidencias capaces de apagarla para siempre. A veces, descender hacia la luz es el camino.

Y para quien no pueda o tenga dificultades para leerlo, aquí está la grabación:

1 comentario:

  1. No puede ser más hermoso todo lo k tiene k ver con el misticismo.
    Muchas gracias.

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