Oda a un número mágico
No hablo de las siete vidas del gato,
no de los días de la semana,
no de los cuerpos celestes,
no de los brazos del candelabro,
ni de los siete mares,
ni de los siete sabios,
ni de las siete maravillas,
ni de las siete virtudes hablo.
No quiero la grulla ni la paz,
no quiero el vuelo grácil,
no quiero la luz ni la alegría,
no quiero la primavera
ni la inmortalidad.
Dejadme solo en mi
hermetismo sutil. Estoy
iluminado y veo más allá
del mundo sensible.
La realidad no existe. Yo
os acercaré al conocimiento
a través de mis palabras.
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