El grito. Munch |
A. Bioy Casares
Y se superpone un diluvio de olvidos obstinados
que arrasan infancias, paisajes y caminos.
El tiempo permanece ajeno a las certezas
y el grito se hace imposible
en el momento del desmayo.
Malogrados sentimientos se pierden
en los recodos
de un otoño cada vez más claro
cuanto más ausente.
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