Bousoño es, sin duda, mucho más conocido por su obra teórica que por su obra poética; es más, como crítico ha tenido una influencia absoluta en España durante la segunda mitad del siglo veinte y ha sido uno de los críticos de referencia en Europa. Su Teoría de la expresión poética es una obra básica para cualquier estudio que se quiera emprender sobre la poesía. Aún así, títulos como Oda en la ceniza, Las monedas contra la losa o Metáfora del desafuero son bien conocidos por el lector de poesía y han sido reconocidos con premios tan importantes como el de la Crítica (1967, 1973) o el Nacional de Poesía (1988).
Os dejo aquí el poema Análisis del sufrimiento, el tercer poema de Oda en la ceniza. Ya sé que es largo, pero dedicadle un par de minutos, que el mundo no se va a parar por eso.
A José Olivio Jiménez.
El cruel es un investigador de la vida,
un paciente reconstructor, un objetivo relojero, un perito
que quisiera conocer la existencia,
el secreto de la vida que en el sufrimiento se explora.
El amante de la sabiduría está listo
para su operación delicada.
Y la materia del análisis queda
a su merced: un hombre sufre.
Horrible es conocer la verdad, y el miserable hallazgo
destruye a quien lo obtiene,
pues nadie en otro pudo ni podrá nunca conocer hasta el fondo
en su verdad palpable, sin morir,
la vida misma revelada.
Sin embargo, es muy cierto
que el sufrimiento expresa
al hombre, aunque lo arruina,
porque tras la experiencia dolorosa
es otro hombre el que nace, al conocerse,
y conocer el mundo.
No siempre, ciertamente,
puede quien ha sufrido
resistir todo el peso de su sabiduría.
Alguno nunca vuelve
a la vida, pues es difícil ser
tras la vergüenza de haberse así sabido.
Otros viven, mas rota
su dignidad, en la infamia
que todo dolor es,
indignamente
prosiguen, y una mueca
es su gesto, su hábito.
Hay quien asume
de otro modo el dolor,
la concentrada reflexión que todo dolor es.
Tras la meditación espantosa, el hombre puede oír,
palpar y ver,
y conocerse y ser entre los hombres.
Y he ahí como el cruel se equivoca
en su filosófica labor, porque sólo quien sufre,
si acaso lo merece,
logra el conocimiento que el cruel buscara en vano.
Conoce aquel que sufre y no el que hace sufrir,
éste no sobrevive a su conocimiento,
y aunque tampoco el otro muchas veces
puede sobrellevar esa experiencia
terrible, logra en otras
escuchar sorprendido
el más puro concierto,
la melodía inmortal de la luz inoíble,
allí, en el centro mismo de la humana miseria.
Estoy de acuerdo ¿qué son dos minutos?
ResponderEliminarY he ahí como el cruel se equivoca en su filósofica labor, porque sólo quien sufre,
si acaso lo merece, logra el conocimiento que el cruel buscara en vano.
!me ha gustado mucho! un abrazo Manoli
¡Hola, Manoli!
EliminarMe alegro de que te haya gustado. Dentro de poco podremos comentar de forma directa la poesía de Bousoño. A ver qué dicen los demás.