La amiga Irene me hizo llegar este vídeo sobre pingüinos grabado en la Antártida que tanto le ha gustado a ella y que espero también os guste a los que pasáis por aquí.
La verdad es que me ha hecho recordar lo poco humanos que a veces podemos ser, pudiendo tener los animales un comportamiento mucho más humano que el que nosotros tenemos.
También me ha hecho recordar ese famoso cuento del Calila y Dimna, el último, el que lleva por título El rey cruel y que os dejo aquí:
Había una vez un rey que trataba a su gente con mucha crueldad y despotismo. Sus brazos eran largos y pesados, pegaban golpes muy fuertes y sus enormes pies pisoteaban todo lo que encontraba en su camino. Cazar, es decir, atrapar y asesinar a los pobres animales, era su afición favorita.
Un día, el monarca decidió llevar a dos de sus hijos pequeños de caza. A primera hora de la mañana, se separaron del resto del séquito. Con la caída de la noche, los cortesanos, algo preocupados, vieron abatido al rey, que regresaba solo, sin los príncipes.
Sus súbditos no se atrevieron a preguntarle nada. Se encerró en su habitación y no salió.
La desaparición de los niños y el estado del monarca iban a poner en peligro el futuro del reino. Así que el consejero de palacio decidió poner fin a la intriga y hablar con el rey para saber lo ocurrido. Entró sin llamar y vio al monarca llorando.
—¿Qué os ocurre, Majestad? ¿Dónde están vuestros pequeños?
—Ha pasado algo terrible -contestó el monarca-. mis hijos han muerto, han muerto por mi culpa.
—¡Majestad! Contadme lo que ha pasado y así os tranquilizareis —le aconsejo el anciano consejero.
—El día de la cacería, cuando nos separamos de los demás, vi un zorro en un matorral que tenía entre sus garras una liebre. Antes de que se la pudiera comer, un lobo se echó encima y lo mató. Cuando el lobo iba a despedazarlo, sucumbió víctima de la flecha de un cazador. Éste bajo de su caballo para recoger el animal, pero, de repente, el caballo se asustó y dio un golpe mortal con sus patas al cazador. ¡Fue increíble! El caballo no se había alejado mucho cuando resbaló sobre una piedra y cayó por un precipicio. Nosotros continuamos el camino, pues quería enseñarles los secretos de la caza. Más adelante vimos una cueva. Bajamos del caballo y al ver que dentro de ella había dos leoncitos, acerqué a mis hijos para que los vieran, y les dije: "Fijaos bien, así se mata a los leones", y me preparé para acabar con sus vidas. En ese momento, mis hijos fueron atacados por los leones padres. ¡Qué desgracia! ¡No pude ayudarlos! Soy un mal padre. Ni siquiera pude recoger lo que había quedado de ellos.
El rey hizo una pausa y luego prosiguió.
—Buen amigo, no hace falta que me digas nada. Nunca me había detenido a pensar que los animales también tienen familia, tienen alguien que les espera mientras ellos van a buscar alimentos. No había pensado con cuántos peligros se enfrentan para llenar la boca de sus hijos; nunca había identificado a mis hijos con los jovencitos animales que con tanto orgullo cazaba.
—¡Señor, eso ha sido una lección de los cielos al guía de nuestro pueblo para que nunca más base su diversión y su placer en la tristeza y dolor de ningún ser vivo!
Y a partir de entonces, el rey prohibió la caza y el sacrificio de los animales, divulgando el amor y el respeto hacia esos hermanos con los que compartimos el planeta Tierra.
El cuentacuentos persa. Océano Grupo Editorial.
Gracias Jesús. Siempre es un placer compartir, en especial con gente de tanta sensibilidad. Y qué maravilloso es descubrir cosas nuevas. No conocía los cuentos de Calila y Dimna y por lo que he encontrado es una colección de cuentos castellanos, probablemente traducidos por Alfonso X el Sabio (me vienen a la memoria sus fantásticas cantigas en música) y que provienen de la tradición hindú, después de sus sucesivas traducciones en árabe.
ResponderEliminarFantástico el cuento, el respeto a la naturaleza de la que formamos parte. Siempre están ahí los clásicos para enseñarnos a no olvidar de dónde venimos.
Qué bueno, un vídeo de pingüinos en la Antártida, lleva a un cuento clásico hindú-árabe-castellano viejo. Me parece fantástico. Seguiré aprendiendo. Gracias.
Un abrazo.