- Comenzar con la lectura de la biografía que ha realizado Antonio Pau. Es un libro magnífico y tiene todas las virtudes que debe tener una biografía bien hecha. Resulta emocionante y provoca las ganas de leer la obra del poeta.
- Seguir, luego, con alguna de las recopilaciones de su inmensa correspondencia, porque si algo escribía Rilke era, sobre todo, cartas, miles de cartas. Cartas bellísimas, llenas de humanidad y sabiduría. Sugiero, pues lo que queremos es saber de su poesía, Cartas a un joven poeta.
- Continuar con algún texto narrativo, que no siendo poesía, sí nos van a colocar dentro del mundo poético del autor. En mi opinión hay dos esenciales: La canción de amor y muerte del alférez Christoph Rilke y Los apuntes de Malte Laurids Brigge. Cualquiera de ellos cumple con creces esa función.
- Finalizar, claro, con su poesía. Quizá lo más conveniente sea utilizar una buena antología y, en función de lo que más nos guste, buscar luego un poemario concreto. Yo sugiero la que realizó Jaime Ferrero Alemparte para la colección Austral. Es amplia, tiene una buena traducción y recoge las diez Elegías de Duino, obra cumbre, arrebatada, mágica, hipnótica, visionaria del poeta. Para leer en voz alta, solo o acompañado. Yo las dejaría para el final. Pero es sólo mi opinión.
Y ahora os invito a ver y oír este vídeo que me he encontrado con uno de sus poemas de la época objetivista, cuando influido por el escultor Rodin, quería transformar la angustia en cosas.
Hola! en el verano no suelo abrir el ordenador,
ResponderEliminarhoy me he ido derecha a Tertulias poéticas, y me he encontrado con cosas agradables, un viaje
muy bonito e interesante,y como leer a Rilke,
intentare seguir tus consejos,ya te contare.
Un abrazo Manoli
¡Hola, Manoli!
ResponderEliminarMe alegro de que vuelvas a aparecer por aquí, pero bien está que desconectes durante el verano. Es muy sano. Yo lo haré a partir del domingo.
Otro abrazo.