Unos simples prismáticos os permitirán observar la mayoría de los cráteres que aparecen cartografiados en el mapa. Los mejores para mirar el cielo son los 7 X 50 o los 10 X 50, donde 50 es el diametro de apertura y 7 o 10 el número de aumentos. Con un aumento mayor es muy difícil mantenerlos firmes y la observación se hace inútil debido al temblor que produce nuestro pulso.
Importante: la mejor observación para poder identificar lugares es la que se realiza durante los cuartos crecientes o menguantes, puesto que cuando está llena y la luz del sol da de frente, todos los objetos se aplanan y pierden relieve. Así, a medida que va creciendo o disminuyendo, debemos ir fijando nuestra atención sobre la zona donde queda delimitada la luz y la penumbra (terminador). El espectáculo, en una buena noche, puede ser asombroso.
Importante: la mejor observación para poder identificar lugares es la que se realiza durante los cuartos crecientes o menguantes, puesto que cuando está llena y la luz del sol da de frente, todos los objetos se aplanan y pierden relieve. Así, a medida que va creciendo o disminuyendo, debemos ir fijando nuestra atención sobre la zona donde queda delimitada la luz y la penumbra (terminador). El espectáculo, en una buena noche, puede ser asombroso.
Y aquí tenéis un vídeo que muestra los lugares donde se han producido algunos alunizajes, como el del famoso Apolo XI. Ha sido preparado por la Agrupación Astronómica de Castelldefels.
Para terminar la entrada, la referencia mitológica:
La Luna era la antigua diosa griega Selene, hija de Hiperión y de Tea, ambos titanes, dioses preolímpicos. Era hermana de Helios (el Sol) y de la Aurora. Suele aparecer representada como una hermosa joven que recorre el cielo en un carro de plata, aunque también montada sobre un caballo o una mula. El más famoso de sus amantes fue Endimión, con quien tuvo cincuenta hijos, pero no fue este el único, ya que con Zeus tuvo a Pandia, la luna lllena. El dios Pan también fue amante suyo y éste, como reconocimiento, le regaló los bueyes blancos que desde entonces tiran de su carro.
Es un divinidad asociada al misterio, la magia, el parto, la mujer, las fuerzas ocultas..., como corresponde a una diosa de la época matriarcal.
Con la llegada de la civilización romana quedó asociada a la diosa Diana, la cazadora y señora del bosque y de la noche, pasando ésta a ocupar sus funciones y características.
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