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viernes, 19 de febrero de 2010

KANT


No se puede hablar de Kant ni de la repercusión que ha tenido en la filosofía en una entrada de blog. Kant es inmenso y necesita de mayor espacio que éste para poder ser explicado. También es muy técnico, lo que no facilita su lectura; pero aún así, se puede leer, porque no es un filósofo hermético ni oscuro.


Durante un par de cursos difíciles, de esos en los que las cosas no salen muy bien, me dediqué a leer la Crítica de la razón práctica, a manera de terapia, para olvidarme del trabajo y sus penalidades, y porque entonces estaba muy interesado en el estudio de la Ética. A otros les da por leer novela, yo prefería lecturas más complicadas, que exigieran toda mi concentración. El esfuerzo mereció la pena, aunque sólo hubiera sido por estas palabras con las que se abre el epílogo y que, en aquel momento, las tomé como si el pensador de Könisberg las hubiera escrito para mí:


Dos cosas llenan el ánimo de inspiración y respeto siempre nuevos y crecientes [...]: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí [...] La primera visión de una innumerable multitud de mundos, anula, por así decirlo, mi importancia como criatura animal que tiene que devolver al planeta (un simple punto en el universo) la materia de la que fue hecho [...] La segunda, en cambio, eleva mi valor como una inteligencia [...] en la cual la ley moral me revela una vida independiente de la animalidad.

Además de las tres Críticas, en las que expone sistemáticamente su pensamiento, tiene una obrita que me gusta mucho y que es asequible a cualquier persona, tenga o no afición por la filosofía. Me refiero a La paz perpetua, opúsculo de poquitas páginas, en el que reivindica la paz mundial a través de un sistema de derecho internacional en el que deberían desaparecer los ejércitos para dar paso a la razón social. Absolutamente moderno y de lectura obligatoria para los políticos de todo el mundo.

Los clásicos siempre tienen mucho que enseñarnos.

2 comentarios:

  1. La Paz Perpetua es todo un ejemplo del Pacificmo Jurídico de su época, mucho más allá de Saint Pierre y otros. Una obrita en la que Kant insiste en la necesidad de la libertad de prensa, de la libre circulación de los hombres por esta "casa común" que es el planeta, de la desparición de los ejércitos, de la necesidad de crear una alianza internacional de todos los pueblos, de la no injerencia de unos países en otros, del respeto a la constitución republicana y al voto. (Contitución Republicana, decía Kant, hoy traducible, si lo leemos bien, por Democracia)

    Uno de mis libritos preferidos de Kant, siendo tan pequeño y olvidado por tantos. De fácil lectura y de grandes enseñanzas.
    Salud.

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  2. Gracias, Cisne Gaseoso, por el comentario.

    Totalmente de acuerdo con lo que dices.

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