Urgen poetas como Wolfe (...) poetas que nos hagan olvidar el silencio y la oscuridad de esos otros poetas que discurren por el vacío haciéndonos creer que están paseando con Dios por los arrabales del cielo.
Así termina, o casi, la introducción que hace Luis Alberto de Cuenca a la antología Días sin pan de R. Wolfe (Ed. Renacimiento, 2007).
Comparto la opinión, especialmente cuando estoy saturado por la lectura de alguno de esos otros poetas a los que se refiere el comentario. Que los hay. Y, alguno, con muchos premios. Pero no os voy a aburrir ahora con mis opiniones, porque la intención de esta entrada es dejaros un poema de R. Wolfe.
JUSTIFICACIÓN DEL CRÍTICO
Si aceptáramos la posibilidad
de que alguien exclamara:
"Dios mío, qué hecho polvo estoy"
sin mayores aspavientos
ni necesidad de exégesis alguna,
sería preciso reescribir
la inmortal historia
de ese fraude que se ha dado en llamar
Literatura.
Y además
nos quedaríamos en paro.
Feliz lectura.
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