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lunes, 20 de julio de 2009

POESIA VASCA ACTUAL

He asistido esta mañana a uno de esos bonitos diálogos cultos entre sordos.
A ver si soy capaz de explicarme.

En el curso de verano Poesía vasca actual, que ha dado comienzo hoy, han participado I. Aldekoa, profesor; José F. de la Sota, poeta; Julia Otxoa, poeta; y Juan J. Lanz, profesor.

Lógicamente, la función de los dos profesores era contextualizar, explicar, difundir el conocimiento. Al fin y al cabo, estamos en un cursillo. Hasta ahí, todo normal. El problema viene cuando los creadores ejercen una función distinta a la que están habituados y quieren adornar con elementos ajenos a su trabajo lo que se traen entre manos. En este terreno, Julia Otxoa ha construido un elegante e incoherente discurso. Elegante porque todo él estaba trufado de referencias cultas; incoherente porque estaba lleno de referencias que no domina, que ha mezclado muy a su gusto, y porque ha conseguido demostrar que la ludicez y la creación poética, en muchos casos, nada tienen que ver.

Mención aparte merecen los escasos treinta minutos del poeta bilbaíno J. J. Fernández de la Sota. Sin duda ha sido el más breve y el mejor de los cuatro ponentes. Imaginativo, brillante, lúcido, rico en matices, con referencias exactas e irónico. Para hablar de poesía, como de cualquier otra cosa, no se necesita demasiado tiempo, cuando se dice bien.

Pero lo más divertido de la mañana es que siendo discursos tan distintos, incluso contrapuestos, haya podido oír yo entre los ponentes la frase: Totalmente de acuerdo, es que decimos lo mismo.

¡Ay, ay, ay! Hay que poner más atención y escucharse un poquito mejor. Está bien figurar entre el grupillo selecto de los que hablan, entre los que se sientan al otro lado de la mesa, entre los que comparten el minúsculo poder de decir qué dicen unos y qué quieren decir otros; pero hay que saber escuchar... o ser un poco menos hipócrita.

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