Páginas

domingo, 30 de noviembre de 2008

DE LOS ARTISTAS FUNCIONARIOS

Leo en la prensa del sábado el cabreo que se han pillado un buen grupo de artistas vascos, la mayoría músicos, por la ayuda económica que ha recibido Kepa Junkera. La subvención asciende a 704.000€ y la ha recibido, o terminará de recibirla, pues es para un proyecto de tres discos a publicar durante este año y los dos siguientes, de los departamentos de Cultura y del de Vivienda y Asuntos Sociales, y no es que necesite precisamente un piso de protección oficial.

Si a los compañeros de profesión de Junkera les mosquea que él reciba más que ellos, si al mundillo político-mediático le mosquea que Junkera reciba dinero del departamento de Vivienda y Asuntos Sociales (J. Madrazo), si a la afición en general le mosquea el pastón por hacer unos discos con amiguetes de aquí y de allá (tampoco éstos necesitan vivienda de protección oficial), a mí lo que me indigna es que la cultura sea una cosa de la administración, es decir, que el artista sea un funcionario... que en este caso vive muy bien.

El arte, las manifestaciones culturales deberían defenderse desde sí mismas, desde su propia calidad, y no desde la cantidad de amiguetes que se tenga en el gobierno de turno. Y esto por dos razones que me parecen fundamentales: la primera, porque el dinero público debería servir sólamente para realizar proyectos públicos, es decir, acciones que ayuden a la población, que es la que pone una parte de sus recursos para poder mejorar los servicios que recibe (salud, investigación, carreteras, puertos, vivienda, educación...); la segunda, porque ya está bien de entender el arte como una actividad funcionarial. Quien quiera ser artista, debería entender que su obra debe ser sometida al juicio del público, de la comunidad, y si la creación funciona, de ahí obtendrá sus beneficios, y no de la ayuda de la administración.

Ya sé que el discurso dominante dice que vivimos en una sociedad rica y que ésta debe proteger la creación de sus artistas, porque tenemos recursos suficientes para hacerlo y, además, es algo así como una obligación moral. Me la pela lo que opine la mayoría. En la mayoría de los casos las subvenciones económicas nada tienen que ver ni con la creación ni con la cultura. Tienen que ver con algo que se llama industria (industria cinematográfica, industria discográfica, industria editorial...), y es industria en todos sus mecanismos. O tienen que ver con un pique de grupito con otro grupito (los de corbata, los de pendiente, los de mi sexo, los de mi raza, los de mi pueblo...), para ver quién luce más y mejor. ¿Qué es sino eso que se llama protección de la cultura gallega, pasiega, española, vasca, francesa o anglosajona, si no es un sacar pecho delante de las otras? ¿Qué me importa que Hamlet lo escribiera un inglés, que el Taj Mahal lo edificaran hindúes, que las cabezas olmecas fueran talladas por manos centroamericanas o que las fugas las creara una mente alemana? Lo que me importa es poder disfrutarlas, porque cada vez que lo hago me siento más próximo al ser humano que hay en mi y al que me rodea, pero, desde luego, ninguna de esas obras, por maravillosas que sean, valen lo que vale la vida de un solo ser humano.

Y lo que es peor, me resulta profundamente inmoral e insolidario que alguien cobre un pastón del gobierno occidental-capitalista-desarrollado que sea, mientras en ese mismo país, o en otro cualquiera, haya gente que necesite una ínfima parte de ese dinero para poder seguir estando viva. Que nadie me diga que el problema del hambre (y hablo de hambre, no de zapatos) está resuelto, porque no es verdad. Y mientras no esté resuelto me parece profundamente INJUSTO, INMORAL y DEGRADANTE que otro alguien reciba una ayuda económica pública por escribir un poema, pintar un cuadro o hacer una canción. Y que además se declare de izquierdas. Algo funciona obstinadamente mal en nuestra sociedad.

JORGE REICHMANN

He conocido la poesía de J. Riechmann gracias a una antología -Tránsitos- que me regaló Luis Felipe Comendador. Después he comprado alguno más y he decidido dedicarle una tertulia del próximo año. Como adelanto, he aquí un poema suyo escrito el 14 de abril de 2003:

BALANCE PROVISIONAL DE LA GUERRA DE IRAK

Los invasores muertos se cuentan por decenas
los iraquíes muertos por miles

Los pozos de petróleo están a salvo
la Biblioteca Nacional arde
del Museo Arqueológico de Bagdad
no queda nada

Los partes de victoria siguen hablando de democracia
libertad
civilización

Sócrates dijo una vez
que el uso perverso del lenguaje
inocula el mal en el alma

Nuestras palabras
¿quién las descontaminará?
Nuestros pensamientos
¿cuándo serán liberados?

He quitado un largo epígrafe que introducía el poema, no por largo, sino porque en un blog es imposible mantener el formato tipográfico de la poesía y sin ese formato el poema quedaba un tanto deslucido.

Aquí tenéis algunos títulos, por si os apetece haceros con alguno: Con los ojos abiertos, Un zumbido cercano, Ahí te quiero ver, Tránsitos...

Y como siempre... feliz lectura.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

BIZITZARAKO JARRAIBIDEAK

Mundura botatzen gaituztenean, erabilera-eskulibururik gabe hasten dugu bidea. Adina dela eta, badakit berandu samar dela, baina oraindik ere noraezean baldin bazaude -ez dadila horrela izan!-, hona hemen instrukzio batzuk:

  • Alaitu hezur-muineraino, egunsentiko zeruaren marratxo bat begietatik sartuz.
  • Hartu eta dastatu sakon-sakon gaur zure ondotik pasa diren begirada bat, agur bat, besarkada bat, musu bat.
  • Kendu kortxoa Bakori, eta zerbitzatu lagunei hitz goxoenak gau osoan zehar.
  • Ahaztu Platonen kobazuloa, eta atera kaleko Errepublikara, eguneroko errealitateaz gozatzeko.
  • Izan inozoa, baina ez sinistu ezer.
  • Murgilgu maitasunean, zure bizitza benetan zeurea izan arte.

Eta bitartean, ondo izan.

martes, 25 de noviembre de 2008

POESIAREN INDEFINIZIOA

Luis Berrizbeitiak egiari buruz idatzi zuenak balio du poesiari buruzko azalpen hau hasteko:

Egia non dagoen ez dakit
baina ba dakit hurbilago duela
bila dabilkionak.


Hala da, zer den edo non dagoen ez dakigu, baina badakigu desberdintzen, badakigu antzematen. Denok gara gai esateko aurrean dugun testu hori poesia den, ipuina den, nobela den, edo zentzurik gabeko zirriborroa den... poema ulertezin asko izan arren mundu honetan, zirriborroak baino ulergaitzagoak.


Historian zehar hamaika definizio egin dute adituek, filosofoek, pentsalariek, Aristotelesetik hasita gaur arte; baina poesiak ihes egiten du definizio guztietatik. Iheskorra da poesia. Agian horregatik gaurko kritikoak ausartzen ere, ez dira ausartzen definitzera. Definitu beharrean, ezaugarri batzuk zerrendatzen dituzte, eta listo. Hala nola, honako hauek agertu ohi dira: metaforaren erabilera, erritmo eta armoniaren presentzia, esanahi anitzekoa izatea, arlo afektiboaren inplikazioa, zeharka esateko modua, sen artistikoa, aurkezteko modu berezia, sortzearen asmoa..., eta, noski, lan klasikoen artean, neurria eta errima.

Hortik abiatuta, poema batek ezaugarri guztiak edo batzuk izan ditzake. Dena dela, poesia aldakorra denez, gero eta zailago da esatea zer ezaugarri betetzen duen. Batzuetan, aho bete hortz geratzen gara poema baten aurrean, zer esan jakin gabe, baina badakigu hori poesia dela, eta, gainera, gustatzen zaigula. Nola deskribatu, bestela, Artzeren lan batzuk (gelan duguna, esate baterako), Huidobroren Altazor (bereziki VII kantua), poesia bisuala, edo gaurko poesia zikina?

Bide hau, benetan, korapilatsu, eztabaidagarri eta luzea izateaz gain, ez da oso argia. Beharbada, poesiari gertatzen zaio Matematikari gertatzen zaiona. Matematika sistema batek, Gödelek dixit, ezin badu demostratu bere konsistentzia, ezin bada autojustifikatu, horrek esan nahi du kanpoan aurkitu behar duela, sistematik at. Ildo honetatik, poesiak poesiatik kanpo aurkitzen du zentzua, hau da, irakurleengan, gugan. Berrizbeitiak dioenez, hurbildu behar dugu, bidea ibiliz egiten baita.

Beraz, ez naiz tematuko, ez naiz saiatuko poesia definitzen eta berriro poesiari helduko diot. Honetan, Pako Aristik asmatu zuen Slogana –poesia al da slogan bat?- erabiliko dut azaldu nahi dudana adierazteko:

Maiteminduta bazaude,
poesia irakurtzea da
zoriontsu izateko modu bakarra.
Eta maiteminduta ez bazaude,
zoriontsu izateko modu bakarra
maitemintzea da.


Ondorioa: bizitza poesia baino askoz garrantzitsuagoa da, eta zoriontsua izateko ez da beharrezkoa jakitea zer den poesia; hala ere, lagungarria izan daiteke poesia maitasun mina, herri mina, lagun mina, dena delako mina arintzeko... gizasemeak garelako, geuk asmatu dugulako horretarako. Eta nik jaraituko dut poesia irakurtzen.

viernes, 21 de noviembre de 2008

VOLTAIRE

El 21 de noviembre de 1694 nació ese tocapelotas genial que se dio en llamar Voltaire. Soy lector entusiasta suyo desde que leí su primer libro, Tratado sobre la tolerancia. A pesar de todo, he aquí este poema:

VOLTAIRE O LA DIOSA RAZÓN

El problema estaba en el altar,
no en la razón,
ni en el conocimiento,
y mucho menos en el deseo de llevar un poco de luz
a todos aquellos rincones tan llenos de sombra,
superchería y superstición.
Así, poco antes de morir,
queriendo asegurar lo incognoscible,
llamó al cura
y confesó.


Forma parte del poemario Contra el ritual de la muerte.

viernes, 14 de noviembre de 2008

PERSEO (paseo iconológico por un poema)

PERSEO

Perezoso eres en mostrarte,
mas cuando en agosto te adelantas,
nos ofreces
la mejor colección de fuegos artificiales del momento.
No es fácil tu presencia. Repasemos:
San Jorge te robó el icono
—dragón y doncella al mismo tiempo—;
Fineo intentó usurparte
la novia y la cartera,
pero tú no consentiste,
y de él hiciste piedra en el salón,
ornato y memoria de su cobardía;
David, por último, te robó la pose,
aunque Cellini, maestro de la forma,
obró el milagro de la imagen cien años antes
y, gracias a él, hoy ya no dudamos
si es de Goliat la cabeza,
o tuya la mano que levantas.

No es fácil, no, tu presencia,
menos aún ahora,
cuando los héroes son víctimas de la moda.




Este poema está tomado del libro Invitación a la noche.

En algunas ocasiones un texto puede hacer alusión a otros textos. Cuando ocurre así, solemos hablar de intertextualidad. No es este el caso propiamente, porque no hace referencia a otros textos, sino a pinturas, o a la imagen que de ellas nos ha quedado en eso que llamamos el imaginario colectivo. Para que las referencias queden claras, y el poema totalmente abierto a la inteligibilidad, he aquí las obras que corresponden a lo que los versos aluden:

1. San Jorge y el dragón. Paolo Uccelo. "San Jorge te robó el icono —dragón y doncella al mismo tiempo—"



2. Perseo contra Fineo. Luca Giordano. "Fineo intentó usurparte la novia y la cartera, pero tú..." (Véase la Metamorfosis de Ovidio)



3. David con la cabeza de Goliat. Caravaggio. "David, por último, te robó la pose"



4. Perseo (con la cabeza de Medusa). Cellini. "aunque Cellini, maestro de la forma, ..."



La primera alusión, la que hace referencia a los fuegos artificiales, no necesita explicación, pero, por si acaso algún despistado no ha oído hablar de la lluvia de estrellas fugaces de agosto -Lágrimas de San Lorenzo-, recordaré aquí que ese fenómeno maravilloso es el de las perséidas, porque el cuadrante del cielo donde en apariencia se origina es la constelación de Perseo.


¿Está más claro ahora el poema?

Esa es, claro, la envoltura del poema. El "tema" no aparece propiamente hasta la estrofa final, donde se plantea de forma indirecta la duda acerca de lo que pueda ser o no ser un héroe.

jueves, 13 de noviembre de 2008

INDEFINICIÓN DE LA POESÍA

Luis Berrizbeitia nos ha dejado, entre otros muchos, un hermoso poema sobre la verdad. Los tres primeros versos son estos:

Egia non dagoen ez dakit
baina ba dakit hurbilago duela
bila dabilkionak.


Es decir: No sé dónde está la verdad/ pero sí sé que la tienen más cerca/ los que andan en su busca. Y así es también para la poesía. No sabemos qué es o dónde está, pero sabemos distinguirla, la notamos. Todos somos capaces de decir si eso que tenemos ante nosotros es un poema, un cuento, una novela o unos apuntes sin sentido... aunque haya muchos poemas incomprensibles, tanto o más que esos apuntes anotados deprisa y corriendo.

A lo largo de la historia los profesionales de estas cosas han escrito cientos de definiciones, desde Aristóteles hasta la actualidad, pero la poesía parece que huye de todas las definiciones. Ella es bastante huidiza. Posiblemente por este carácter suyo, los críticos de hoy no se atreven a definirla y dan rodeos o, simplemente, enuncian sus características: la utilización de la metáfora, la presencia del ritmo y de la armonía, el carácter polisémico, la implicación de los estados afectivos, el modo indirecto de nombrar, el sentido artístico, la intención creativa, la forma especial de presentación... y, por supuesto, sobre todo entre los trabajos clásicos, el ritmo y la medida.

Es cierto que un poema puede tener alguna de estas características, o muchas de ellas. Sin embargo, la poesía es cambiante, y resulta muy difícil decir cuál o cuáles de las características mencionadas cumple un poema actual cogido al azar. En más de una ocasión, podemos quedarnos perplejos, sin saber a ciencia cierta qué decir sobre el texto que tenemos delante, y, a pesar de todo, somos conscientes de que eso es poesía. Qué decir, si no, de algunos de los textos más hermosos de Artze, Del Altazor de Huidobro (el canto VII, especialmente), de la poesía visual, o de los poemas de Bukowski, por citar algunos ejemplos.

Pero este camino es demasiado oscuro y enrevesado, además de ser un tanto discutible. Es probable que a la poesía le ocurra lo que le ocurre a la Matemática. Ya sabemos, gracias a Gödel, que un sistema no puede demostrar su propia consistencia, que no puede autojustificarse, por lo que está obligado a buscar fuera de sí la propia justificación. Es posible, pues, que la poesía tenga que encontrar su sentido fuera de la poesía, esto es, en los lectores. Y, tal y como dice Berrizbeitia, para disfrutarla —quién sabe si entenderla— hay que aproximarse poco a poco. El camino, de hecho, se hace andando.

Así, pues, no me voy a poner pesado, ni voy a intentar definir qué es esto de la poesía, pero sí voy a terminar con un pequeño poema, en este caso, de Pako Aristi: Slogana (eslogan). Por cierto, ¿es poesía un eslogan?

Maiteminduta bazaude,
poesia irakurtzea da
zoriontsu izateko modu bakarra.
Eta maiteminduta ez bazaude,
zoriontsu izateko modu bakarra
maitemintzea da.


(Si estás enamorado,/ leer poesía/ es el único modo de ser feliz./ Y si no lo estás,/la única forma posible de ser feliz/ es enamorarse.)

Conclusión: la vida es muchísimo más importante que la poesía, y para ser feliz no es en absoluto necesario saber qué cosa sea la poesía; a pesar de todo, la poesía puede sernos de gran ayuda para suavizar los males de amores, la nostalgia, la añoranza de los amigos o cualquier otro mal..., porque somos humanos y hemos inventado la poesía, entre otras cosa, para eso. Yo, mientras tanto, sigo leyendo poesía.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

DEL VIVIR Y DEL MORIR (HANNAH JONES)

Camus comienza su ensayo El mito de Sísifo con estas palabras: No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Me voy a permitir la osadía de corregir al pensador y novelista francés cambiando el final de su frase. Yo diría que no hay más que un problema filosófico verdaderamente serio, la vida misma. La vida desde el principio hasta el fin, la vida en toda su plenitud, la vida conscientemente vivida. Esto implica también, claro está, el final de la misma. Y es en este punto, quizá el que menos debiera importar a entidades ajenas, puesto que no afecta a la organización social ni política, donde meten su mano a saco las religiones, los estados, las concepciones ético-filosóficas y, si nos descuidamos, todo el vecindario que nos rodea.

Veamos: si nuestra vida es nuestra, plenamente nuestra, ¿por qué se producen esos inacabables debates (escándalos, las más) cada vez que una persona, hastiada de vivir de una forma que no quiere y bajo una condiciones a todas luces inhumanas, toma la decisión sobre su propia vida de no seguir viviéndola? ¿A quién afecta esa decisión, si no es a ella misma y a las personas que ella quiere? ¿Teme, acaso, el Estado quedarse sin contribuyentes por un suicido masivo? ¿Cree la Iglesia Católica quedarse sin almas para poblar el cielo, ahora que no existe el infierno? ¿Qué concepción ética o religiosa podría ser tan cruel e inmoral como para hurgar en el dolor personal y disfrutar con él?

Pero no hablo del suicidio —que también—, hablo de la eutanasia. Es decir, hablo de la persona dueña y responsable de su vida. Hablo de la dignidad de ser persona durante todo el período que dure la vida. Hablo del sinsentido de vernos reducidos durante los últimos momentos de nuestra vida —pueden ser años— a la degradación y a la ignominia de que estos últimos momentos no sean nuestros porque alguien decide que seremos más nobles arrastrando el dolor por el dolor, la desesperanza por la desesperanza. ¿Es necesario recordar los largos años del drama que se vio obligado a vivir Ramón Sampedro?

Sin embargo, no es de la muerte de lo que quiero hablar, sino de la vida. De la vida sin tabúes y sin miedos, de la vida que hacemos nuestra sabiendo a dónde y cómo queremos llevarla. Hablo de todos y cada uno de los minutos que nos pertenecen desde que somos conscientes, y de administrarlos con la sana alegría de vivirlos hasta que llegue el instante de decir: Esto ha sido mi vida, estoy satisfecho con ella. He sido feliz, no empañéis vuestros ojos. Lo mismo que el autor decide cuál es la mejor frase para cerrar el libro, porque el libro le pertenece por entero, también con nuestra vida ocurre lo mismo: es nuestra hasta el final, y nosotros somos los guionistas de la historia y sus protagonistas.

jueves, 6 de noviembre de 2008

ARTIKUTZA

Ibilaldian egindako argazkiak ikusi nahi izanez gero, klikatu hemen eta zalbalduko zaizkizue.

Bide batez, hona hemen udazkenari buruz Lizardik idatzi zuen poematxo hau:

Osto igar bat aizeak
biali dit leioraño...
Galena, ala, biziak
dakar giza biotzaganaño.

Iñara talde urdiña
erbesterutz baidiyoa...
Alatsu urre-amesak
lagatzen dute giza gogoa.

Ez bekit biotzean,
Yauna, osto oririk yausi!...

Ez, iñara taldeok,

otoi!, neri gogotik igesi...


Iraun, udaberria,
betiko nere gogoan,
Yauna ta aberriari
eskeintzeko loreak ditzadan!


miércoles, 5 de noviembre de 2008

JUAN KRUZ IGERABIDE

La entrevista que aquí aparece se realizó por correo electrónico en el mes de octubre.

Juan Kruz Igerabide estuvo en todo momento amabilísimo e incluso aportó la fotografía que encabeza el texto. Espero que sus respuestas puedan aportar más luz sobre su obra.

He aquí las respuestas y las preguntas:



-Empecemos por el principio. ¿Cómo llegaste a la poesía?

Aterricé en ella de una manera bastante accidentada; fue una especie de aterrizaje forzoso. Mis primeros contactos con ella tuvieron lugar a través de intermediarios (el que más contribuyó fue la música, a lo largo de toda la etapa juvenil; seguía de cerca las creaciones de Ez dok Hamahiru, de Paco Ibañez, De Atahualpa Yupanqui...), pero no logramos constituir una pareja de hecho.
Tras la hecatombe ideológica que cierta gente sufrimos después de la muerte de Franco, sentí que me precipitaba en barrena. Y fue cuando apareció de nuevo ella, pura y deslumbrante incluso en el lodazal. Desde entonces, formamos pareja de lecho.

-Eres posiblemente el poeta vasco más importante en la poesía infantil y juvenil ¿Qué te impulsa a escribir poesía para estas edades?

Le doy poca importancia a la importancia. He visto tanta tontería en el ranking de poetas y escritores, que creo que es urgente desrankingizar (algo así como desratizar) la literatura.
Escribo poesía infantil y juvenil porque es lo mismo que escribir poesía para adultos, con pantalón corto y una piruleta en la boca quizás. Yo estoy haciendo lo mismo en todos los ámbitos: un complicado aforismo encuentra una respuesta en la respiración de un niño asmático que profiere un haiku a la lluvia.
Hoy mismo, un niño vecino que aún toma teta de su madre, repetía un poema "titia bete-bete" (teta llena llenita), y me ha dejado flipado.
Oteiza y los ojos de Asiertxo.

-Hay, si no me equivoco, una constante simbolista en tu obra que se va adelgazando a medida que pasa el tiempo para dejar paso a una mayor presencia de lo cotidiano. ¿Es esta una apreciación correcta? Y, si es así, ¿qué te lleva a dar mayor espacio a la cotidianeidad?

Partí de un concepto muy cerebral del símbolo, quizá excesivamente misterioso. Ahora concibo el símbolo como cada acto de vida convertido en anhelo de duración. Podemos montar andamiajes abstractos complicadísimos en nuestro afán de duración, pero la reverberación de una triste vocal proferida desde las entrañas rebota en los confines del universo y regresa convertida en un soplo de brisa de mar, en el balanceo de una hoja de roble, en la duda de una gota al desprenderse.
El simbolismo me sigue atrayendo (tanto en su vertiente antropológica y tradicional, como en su vertiente poética transgresora), pero lo quiero hecho carne y habitando entre nosotros.

-¿Consideras tu obra y tu estilo dentro de alguna corriente o generación poética?

Me gustaría tal vez, pero no puedo. Me sobrepasa. Tengo buenos amigos poetas, y otros que no quiero como amigos pero sí como poetas. Pero, de corrientes.. ríos de alcohol, a lo sumo. Y como soy abstemio...
Me hubiera gustado crear una corriente sáfico-horaciana con retoques de Catulo, efusiones románticas (Coleridge, Novalis, Hölderlin, y mucho Rilke), deprecaciones simbolistas (Baudelaire, Rimbaud), locuras surrealistas y ultraístas, y el ritmo fluvial y trigal de Mandelstam o Claudio Rodríguez. Pero no ha podido ser, aunque conozco a mucha gente que quiere lo mismo, pero en otro orden. En poesía, el orden de factores sí que altera el producto.

-En algunos poemas hay un diálogo con otros poetas -Lizardi, Aresti, Mirande...- ¿Cuáles son los autores que más te han influido o que más te han estimulado?

Con respecto a la literatura vasca, en mis comienzos tuve mucho contacto con Juan Mari Lekuona, un poeta de verso muy fino y preciso. A Aresti lo llevaba conmigo desde la época juvenil. Pero luego descubrí a otro Aresti, que hablaba desde Aresti, y no desde lo que mi ideología quería escuchar de Aresti. A Mirande lo conocí al mismo tiempo que a Rimbaud y a Baudelaire; no me impactó tanto desde su poética (llegó un poco tarde como poeta maldito), pero sí desde lo que suponía su peculiar "constructo" en el seno de la literatura vasca.
Lizardi ha estado siempre ahí. Había algo en él que no me convencía al principio, y tampoco me convence ahora. Pero su fuerza lírica sigue creciendo sin parar ante mí. Es curioso; en rigor, podría considerársele incluso un poeta torpe; cuando se le traduce, se le cae a uno de las manos. Y sin embargo, sigue aguantando, y algunos de sus versos en euskera quedan grabados hasta el tuétano. Tiene una fuerza lírica descomunal, chapuceada por una ideología castrante. Siempre irá conmigo, aunque a veces me dé calambre.

-Podemos apreciar una constante tanto en los poemas infantiles como en los textos para adultos: la búsqueda de la palabra precisa. ¿Es esta búsqueda la que te ha llevado al haiku y al aforismo?

Estoy más en el río de palabras que en la palabra misma. Busco la línea precisa que adelgace el sentimiento hasta hacerlo prácticamente transparente. Esa es la apuesta. El haiku es un buen género para dicha práctica; es como la pintura zen, pocos trazos y mucha respiración; el vacío que llena.
Con respecto al aforismo, siempre me ha interesado la gente que interpreta la vida de una manera personal y "respondiendo al instante". Una filosofía demasiado sistemática como la que se enseña en las universidades siempre se va quedando atrás en el tiempo, porque carga con demasiado aparato para poder adecuarlo al presente con ligereza y rapidez. Por eso me gusta el aforismo; al fin y al cabo, no decimos cosas muy distintas a las que pudo decir Séneca; pero, al ser fruto del momento, parecen nuevas, frescas como un recién nacido.

-En tu obra podemos ver una gran riqueza estrófica, rítmica y métrica. ¿Qué impulso, razón o sentimiento te lleva a practicar esta polifonía, si me permites denominarla así?

Me atrae sobremanera la polifonía; sin embargo, en la raíz, aprecio sobre todo la monodia. El resultado es polifónico, pero en los instantes concretos estoy cantando monodias.
Por otra parte, el verso libre me ha enseñado que primero está la fuente y luego el recipiente. Mi generación llegó a despreciar los metros clásicos y los de los bertsolaris, porque te obligaban a crear un hermoso recipiente y luego comenzabas a buscar la fuente; pero el recipiente se rompe en la búsqueda, o queda a medio llenar, o vacío del todo.
La poesía infantil me ha devuelto al recipiente. Una vez encontrada la fuente, podemos construir un recipiente adecuado y beber más a gusto. El ritmo, el metro, la estrofa... deben responder a una necesidad del mensaje. Rimar, por ejemplo, luna con cuna puede resultar muy significativo y alcanzar un gran poder de sugerencia. Otro ejemplo podría ser la utilización del soneto para desarrollar una visión que va más allá del concepto pero que se mantiene dentro de unos límites muy precisos, que te obliga a algo así como a condensar una novela en catorce líneas.

-Que no podemos vivir sin la naturaleza es algo evidente, pero en tus textos parece algo mucho más evidente que en la obra de otros poetas contemporáneos. ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?

Hay muchos poetas contemporáneos, de todas clases. Colinas, por ejemplo, abarca la naturaleza de cien poetas juntos.
En ese sentido, me sitúo en la línea de Lizardi, Antonio Machado, la tradición japonesa y china y un lago elenco que llega hasta Horacio. Pero, al mismo tiempo, huyo de lo pastoril como de la peste. Para mí, la naturaleza es cruda, y a la vez puro éxtasis que convive con el ruido de la lavadora.

-Siempre aportas una mirada crítica y diferente sobre el mundo en que vivimos, especialmente en los aforismos. ¿Hasta qué punto es precisamente ésta una función del escritor, es decir, hacernos reflexionar sobre nuestro ser y nuestro entorno?

En sentido estricto, no intento hacer reflexionar a nadie. Es como si todo el mundo hubiese reflexionado antes que yo, y yo intentara entablar un diálogo socrático con ellos, no desde la razón sino desde la paradoja. Socrático, en el sentido de que no me trago las mentiras que me cuentan; sin embargo, les aviso que lo mío también es otra mentira más, un escalón más de la escalera que quisiéramos que nos condujese a la verdad. Por eso es paradójica.

-Me parece ver como una marca de tu estilo la reflexión sobre las preocupaciones éticas y existenciales, siempre presentadas con una gran elegancia y sutileza, incluso en los poemas infantiles ¿De dónde surge esta preocupación?

La estética como pura decoración no me interesa; provoca un asombro vano. Me interesan las personas de carne y hueso y sus sufrimientos y alegrías. Los niños son un reflejo nítido de nuestras almas; me atrae lo que van dibujando con sus actitudes y sus palabras. Los mayores tenemos varias capas de pintura y hay que raspar un poco; aunque duela, merece la pena ver el niño que va asomando.
Hoy, una mujer me ha contestado de mala manera en una ventanilla. La he observado a prudente distancia. Sus rasgos eran bellos, pero era como si se hubiera puesto una máscara de hierro. He hurgado en sus ademanes y he descubierto un gran dolor bajo el casco. Me la he imaginado con su amante, y el casco de hierro entre ambos. Mediante un poema, podría arrancarle el caso, y ver lo que asoma: quizá una cara ensangrentada, quizá una tez fulgurante.

sábado, 1 de noviembre de 2008

LAS LEÓNIDAS


Con noviembre llegan las Leónidas, una de las lluvias de meteoros más cambiante a lo largo de los años. Podremos verlas durante la tercera semana del mes, aunque el momento de mayor actividad se espera para la madrugada del día 17, lunes, un poco antes del alba. Si le echáis un poco de ganas y de humor, puede ser una buena forma de iniciar la semana: vistazo a las Leónidas, un buen desayuno... y, después, a currar.

Si queréis más información sobre esta lluvia de meteoros, os aconsejo que pinchéis aquí.