"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
lunes, 28 de abril de 2025
REGALOS DEL DÍA (Diario de un epicúreo agradecido), 26
domingo, 27 de abril de 2025
PAGANINI, CAPRICHO Nº 24, David Garrett
No todo el mundo que sabe tocar, quiero decir tocar bien, un violín es capaz de interpretar a Paganini. Sabido es que el diablo Paganini componía para tocar él sus propias composiciones. Era un extremado virtuoso del violín y se divertía componiendo (y tocando en público) piezas que solamente él fuera capaz de interpretar. Las diabluras que hacía causaban la admiración incondicional del público. En consecuencia, pronto se convirtió en una auténtica estrella que llenaba auditorios y que, incluso, provocaba desmayos. La película El violinista del diablo —película, no documental— ofrece algunas escenas sobre su impacto entre las jóvenes de la época.
De los 24 Caprichos que escribió, tal vez el más famoso sea el último y el que más han utilizado otros compositores posteriores para elaborar algunas obras. Liszt, Brahms o Rajmáninov están entre los deudores del músico italiano.
En el vídeo del canal Arte, quien interpreta el Capricho nº 24 es el músico alemán, actor y modelo, David Garrett, quien también es el protagonista de la película que se rodó en 2013, lo que está muy bien para la peli, porque así no interviene un actor intentando imitar movimientos sin saber tocar.
Al músico tenemos que agradecerle que se pusiera tan exquisito y revoltoso, porque eso ha hecho que las habilidades interpretativas de solistas en la actualidad estén a su altura. No digo que toda persona que estudie violín y termine el grado superior sea capaz de tocar a Paganini, pero hoy hay un buen puñado que lo hacen y lo hacen muy bien.
De paso, os dejo la escena de la peli en la que Garrett interpreta esta misma pieza. Por eso de ver el ambiente.
sábado, 26 de abril de 2025
DÍA DEL LIBRO en el Espacio Cultural CBA
El miércoles 23, Día del Libro, estuve, como otros muchos años, en el Espacio Cultural CBA para celebrar con otras muchas personas el día dedicado a los libros.
Es decir, un poema de Sylvia Plath, lo que siempre es un placer para mí, pues, en general, prefiero leer en voz alta un texto poético a uno narrativo.
viernes, 25 de abril de 2025
BÉCQUER
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Dibujo de Bécquer del sepulcro del cardenal Tavera. Fuente: Archivo Municipal de Toledo |
Escribe Jesús Rubio Jiménez que se ha convertido en un lugar común de la historia literaria española, situar a Bécquer —junto con Rosalía de Castro— en el final del romanticismo y en el inicio de la poesía española contemporánea. Avalan esta tradición críticos y poetas tan valiosos como Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Jorge Guillén, Dámaso Alonso o Luis Cernuda. Este último dirá que
No dudaba por ello en equiparar su papel con el de Garcilaso para la poesía renacentista. Aquilino Duque ha preferido referirse al mismo asunto valorando La sombra de Bécquer (Ínsula, 289, 1970) en la poesía española con estas palabras:
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Editorial |
lleno de resonancia.
jueves, 24 de abril de 2025
RETRATOS DE AMANTES (Simonetta Vespucci), 7
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El nacimiento de Venus. Botticelli. Fuente: Wikipedia |
Las formas de amar son múltiples y variadas. Para saber quién ama a quién y de qué manera tendríamos que preguntar a quien ama y a quien es objeto de ese amor. Pero como esto es demasiado complicado, recurrimos a las convenciones y solemos ceñirnos a reconocer como amantes en el lenguaje de la calle a quienes mantienen una relación amorosa en la que se suele dar la actividad sexual y, generalmente, fuera del matrimonio, si bien el primer significado, y el directo, de la palabra amante es quien ama.
En el caso de Simonetta Vespucci y Sandro Botticelli la cuestión amorosa es de un orden más complejo que el que puede venir representado por el significado coloquial del término. Cuanto sabemos de la joven genovesa no da pie a pensar en ningún tipo de relación con el célebre pintor renacentista, salvo el de admiración por la extraordinaria belleza de ella, que fue musa y modelo de otros artistas contemporáneos. Y que murió joven, muy joven, cuando tan solo tenía 23 años.
¿Por qué, entonces, la incluyo en esta serie? Porque el amor, efectivamente, se puede manifestar de muchas formas.
Botticelli, según parece, comienza El nacimiento de Venus en 1482 y lo termina dos o tres años después. Simonetta Vespucci había fallecido en 1476. Numerosas mujeres, si no todas, que el pintor siguió recogiendo en sus obras después de la muerte de ella llevan su rostro. Por otra parte, según la investigación sobre la biografía del pintor, no parece que tuviera inclinaciones de carácter erótico hacia el sexo femenino. También se sabe que había solicitado ser enterrado a los pies de ella en la iglesia florentina de todos los Santos.
Nada de esto prueba absolutamente nada. Tendríamos que preguntarle a él qué es lo que sentía por ella, pero, evidentemente, no podemos. A mí me gusta pensar que, de alguna manera, Botticelli estaba enamorado de su joven musa, posiblemente en un sentido platónico, y que durante toda su vida fue fiel a una forma de belleza que él mismo inventó, gracias a la inspiración que supuso la existencia de ella. Acaso, la forma más alta y sublime del amor.
***
miércoles, 23 de abril de 2025
UN LIBRO, UN POEMA (Sara Torres)
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Ejemplar del KM |
Sara Torres hace en este Conjuros y cantos una apuesta muy marcada por la poesía militante ideológicamente desde el punto de vista del género y por la poesía como portadora de una capacidad de expresión mucho más allá de las palabras, donde rito, magia y canto, como en las sociedades antiguas, participaban de un poder performativo.
Me atrevería a decir que esta es una apuesta romántica —en el sentido más original y literario de la palabra—, por cuanto el romanticismo propugnaba la expresión de lo propio y hacer explícito el compromiso personal con las ideas. Eso sí, puesta al día con un tipo de escritura poética mucho más acorde con los rasgos y formas de la actualidad.
EL LENGUAJE ES UN ACTO CON CONSECUENCIAS.
El coxis la lengua parsimoniosa y ciega de la tortuga abriendo el tomate
Papilas de pepita roja exaltadas por el ácido y por el dulce
Las plumas se te despliegan inesperadamente
se arquea el plexo
vas a subirte de golpe en su hombro ave pesada
vas a subirte en azules y rojos sin delicadeza
sin posar una pata y luego la otra
tu aterrizaje desequilibrará el cuerpo al que llegas
ella separará las rodillas
arrugará los dedos de los pies pequeñas zarpas
Vas lenta pavo ostentoso
pavo reina con el plumón del invierno
primero se te avivó el tacto
luego clavaste los ojos
como dos bocas sin madre
y mudaste el abrigo
Despierta
tu piel no tolera ausencia
ELLOS ME DIJERON:
puedes contar tu historia aquí pero no les hables a las niñas
puedes amar a nuestras mujeres pero sólo durante el verano y no has de insistir amando a la misma demasiado tiempo
te irás con la caída de agosto el invierno es para las familias
Me dijeron:
el hombre y la mujer se buscan y se juntan por naturaleza gozan el uno del otro
toda mujer se realiza en la crianza lo que tiene de madre la hace sagrada y distinta a nosotros
Dijeron:
nuestras compañeras son fuertes y libres
puedes dormir junto a ella una noche pero no la confundas no escribas fantasías no la seduzcas inventándole otros mundos
Dijeron:
ella pertenece a aquí
Luego encendieron las montañas con fuego iluminaron la noche para ir a buscarme prepararon una pira con músicas llamaron a sus músicas «cantos de liberación»
Entonaron: somos de entre los hombres los justos cuidamos de nuestros animales amamos a nuestras mujeres
Mientras sola en el costado del río donde antes nadamos juntas mis brazos se entregaban al aire magenta flexibles como cañas de bambú muy fino Pasé la noche en el río y ellos no me encontraron Mientras yo sonreía bulto caliente en el amanecer tranquilo ellos dijeron: la bruja Había entrado septiembre y yo todavía estaba allí
Ellos dijeron: no vuelvas has hablado a las niñas les has contado tus visiones y has buscado con ella la cuarta noche
no debiste más de tres te advertimos
Mafdet busto de pantera olor lavanda azucarado
la frondosidad me guarda
me vela la lechuza
Mafdet la bruja conoce y encuentra
regresa siempre
martes, 22 de abril de 2025
UN POEMA IMPRESIONISTA DE SALVADOR DÍAZ MIRÓN
Resumiendo mucho, lo que la literatura realiza con el texto es, en primer lugar, ofrecernos las impresiones que objetos o situaciones provocan en nosotros, no la descripción realista; depués, señalarnos las reacciones que dichos objetos o situaciones pueden provocar en nuestra recepción; finalmente, mostrarnos los efectos que ocasionan en nuestros sentidos, es decir, la impresión que dejan.
Así, en este "Idilio", lo importante, lo que tiene mayor peso, es la impresión que produce el paisaje, la luz, el momento cambiante del día, los colores de la naturaleza, el paso del tiempo desde el amanecer hasta el mediodía, todos esos matices que se van acumulando y que despiertan la sensualidad y el erotismo de la adolescente pastora hasta llegar al clímax en la penúltima estrofa: La zagala se turba y empina.../Y alocada en la fiebre del cebo/lanza un grito de gusto y de anhelo.../¡Un cambujo patán se avecina! y no es necesario que el poeta nos diga cuál es el final del pasaje, cualquiera puede imaginarlo, porque lo verdaderamente interesante es la bien construida gradación de sensaciones que nos llevan hasta el encuentro final.
[Dejo enlazadas las palabras que pueden hoy resultar poco frecuentes o desconocidas, así como las propias de México]
IDILIO
A tres leguas de un puerto bullente
que a desbordes y grescas anima
y al que un tiempo la gloria y el clima
adornan de palmas la frente,
hay un agrio breñal y en la cima
de un alcor un casucho acubado
que de lejos diviso a menudo,
y rindiéndose apoya un costado
en el tronco de un mango copudo.
Distante, la choza resulta montera
con borla y al sesgo sobre una mollera.
El sitio es ingrato por fétido y hosco.
El cardón, el nopal y la ortiga
prosperan y el aire trasciende a boñiga,
a marisco y a cieno, y el mosco
pulula y hostiga.
La flora es enérgica para
que indemne y pujante soporte
la furia del soplo del norte,
que de octubre a febrero no es rara,
y la pródiga lumbre febea
que de marzo a septiembre caldea.
El oriente se inflama y colora
como un ópalo inmenso en un lampo,
y difunde sus tintes de aurora
por piélago y campo.
Y en la magia que irisa y corusca
una perla de plata se ofusca.
Un prestigio rebelde a la letra,
un misterio inviolable al idioma,
un encanto circula y penetra
y en el alma es edénico aroma.
Con el juego cromático gira
en los pocos instantes que dura;
y hasta el pecho infernado respira
un olor de inocencia y ventura.
¡Al través de la trágica historia
un efluvio de antigua bonanza
viene al hombre como una memoria
y acaso como una esperanza!
El ponto es de azogue y apenas palpita.
Un pesado alcatraz ejercita
su instinto de caza en la fresca.
Grave y lento discurre al soslayo,
escudriña con calma grotesca,
se derrumba cual muerto de un rayo,
sumérgese y pesca.
Y al trotar de un rocín flaco y mocho
un moreno, que ciñe moruna,
transita cantando cadente tontuna
de baile jarocho.
Monótono y acre gangueo
que un pájaro acalla soltando un gorjeo.
¡Cuanto es mudo y selecto en la hora,
en el vasto esplendor matutino,
halla voz en el ave canora,
vibra y suena en el chorro del trino!
Y como un monolito pagano
un buey gris en un yermo altozano
mira fijo, pasmado y absorto,
la pompa del orto.
***
Y a la puerta del viejo bohío
que oblicuando su ruina en la loma
se recuesta en el árbol sombrío,
una rústica grácil asoma
como una paloma.
¡Infantil por edad y estatura
sorprende ostentando sazón prematura:
elásticos bultos de tetas opimas,
y a juzgar por la equívoca traza
no semeja sino una rapaza
que reserva en el seno dos limas!
Blondo y grifo e inculto el cabello,
y los labios turgentes y rojos,
y de tórtola el garbo del cuello,
y el azul del zafiro en los ojos.
Dientes albos, parejos, enanos
que apagado coral y prende y liga,
que recuerdan, en curvas de granos,
el maíz cuando tierno en la espiga.
La nariz es impura y atesta
una carne sensual e impetuosa,
y en la faz, a rigores expuesta,
la nieve da en ámbar, la púrpura en rosa
y el júbilo es gracia sin velo
y en cada carrillo produce un hoyuelo.
La payita se llama Sidonia.
Llegó a México en una barriga,
en el vientre de infecta mendiga
que, del fango sacada en Bolonia,
formó parte de cierta colonia
y acabó de miseria y fatiga.
La huérfana ignara y creyente
busca sólo en los cielos el rastro
y de noche imagina que siente
besos, ay, en los hilos de un astro.
¿Qué ilusión es tan dulce y hermosa?
Dios le ha dicho: "¡Sé plácida y bella,
y en el duelo que marque una fosa
pon la fe que contemple una estrella!"
¿Quién no cede al consuelo que olvida?
La piedad es un santo remedio,
y después, el ardor de la vida
urge y clama en la pena y el tedio
y al tumulto y al goce convida.
De la zafia el pesar se distrae,
—desplome de polvo y ascenso de nube—.
¡Del tizón la ceniza que cae
y el humo que sube!
La madre reposa con sueño de piedra.
La muchacha medra.
Y por siembras y apriscos divaga
con su padre, que duda de serlo,
y el infame la injuria y estraga,
y la triste se obstina en quererlo.
Llena está de pasión y de bruma,
tiene ley en un torpe atavismo
y es al cierzo del mal una pluma...
¡Oh pobreza! ¡Oh incuria! ¡Oh abismo!
***
Vestida con sucios jirones de paño,
descalza y un lirio en la greña,
la pastora gentil y risueña
camina detrás del rebaño.
Radioso y jovial firmamento.
Zarcos fondos con blancos celajes
como espumas y nieves al viento
esparcidas en copos y encajes.
Y en la excelsa y magnífica fiesta,
y cual mácula errante y funesta
un vil zopilote resbala,
tendida e inmóvil el ala.
El sol meridiano fulgura,
suspenso en el Toro;
y el paisaje, con varia verdura,
parece artificio de talla y pintura,
según está quieto en el oro.
El fausto del orbe sublime
rutila en urente sosiego;
y un derribo de paz y de fuego
baja y cunde y escuece y oprime.
Ni céfiro blando que aliente, que rase,
que corra, que pase.
Entre dunas aurinas que otean,
tapetes de grama serpean
cortados a trechos por brozas hostiles
que muestran espinas y ocultan reptiles.
Y en hojas y tallos un brillo de aceite
simula un afeite.
La luz torna las aguas espejos
y en el mar sin arrugas ni ruidos
reverbera con tales reflejos,
que ciega, causando vahídos.
El ambiente sofoca y escalda,
y encendida y sudando, la chica
se despega y sacude la falda,
y así se abanica.
Los guiñapos revuelan en ondas...
La grey pace y trisca y holgándose tarda…
Y al amparo de umbráticas frondas
la palurda se acoge y resguarda.
Y un borrego con gran cornamenta
y pardos mechones de lana mugrienta,
y una oveja con bucles de armiño
—la mejor en figura y aliño—
se copulan con ansia que tienta.
La zagala se turba y empina...
Y alocada en la fiebre del cebo
lanza un grito de gusto y de anhelo...
¡Un cambujo patán se avecina!
Y en la excelsa y magnífica fiesta,
y cual mácula errante y funesta
un vil zopilote resbala,
tendida e inmóvil el ala.
lunes, 21 de abril de 2025
SILENCIO (EL FECUNDO RUMOR DE LAS MIRADAS)
domingo, 20 de abril de 2025
INTRODUCCIÓN Y RONDÓ CAPRICHOSO, Saint-Saëns (María Dueñas)
sábado, 19 de abril de 2025
PASEO VISUAL POR GOIZUETA
Retablo de la ermita dedicada a María Magdalena |
Goizueta es una pequeña y encantadora población navarra, situada a la orilla del Urumea. Desde él salen cuatro estupendos senderos de montaña —Loitzate, Mandoegi, Etxolla y Alkainzurian—. Su nombre es el resultado de contraer el que recibía en la edad media, Goyzubieta, es decir, el sitio del puente alto; por lo tanto, es el puente el que da nombre al pueblo.
Pasear por sus tranquilas calles es adentrarnos en un pequeño espacio con una gran colección de casas que son un muestrario de la arquitectura popular de los siglos XVI, XVII y XVIII. En este folleto, publicado por el ayuntamiento, tenéis un plano, una pequeña explicación y un recorrido numerado por todas ellas.
La nave de la ermita |
Entramado de madera y ventanas con arco conopial |
Fachada de la casa Adrine |
Ventana geminada con sus arcos conopiales |
Fachada de la casa Urrutinea |
Puente de piedra (siglo XVI) sobre el Urumea |
Encantador puentecito sobre un arroyo que vierte al Urumea |
El magnífico lavadero restaurado |
viernes, 18 de abril de 2025
LA FORMACIÓN DE LOS ELEMENTOS QUÍMICOS
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Ejemplar del KM |
jueves, 17 de abril de 2025
RETRATOS DE AMANTES (Effie Gray), 6
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La orden de liberación. John Everett Millais. Fuente: Tate Gallery. |
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Fuente: Wikipedia. |
miércoles, 16 de abril de 2025
UN LIBRO, UN POEMA (Eduardo Chirinos)
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Ejemplar del KM |
Eduardo Chirinos murió en 2016, pero antes había dejado preparados unos folios introductorios para la edición de su poesía por parte de Pre-Textos. De ahí tomo estas palabras suyas que me gustan mucho:
Desde Vallejo sabemos (con qué dolorosa certeza sabemos) que ningún poema podrá cambiar el mundo, y que los poetas no son más que seres humanos que trabajan con las palabras y los silencios de siempre. Pero sabemos, también, que aunque el esfuerzo de los poetas está condenado al fracaso, la poesía sabrá nutrirse de esos espectaculares y silenciosos fracasos.
¿Que si la poesía puede ofrecer alguna respuesta a los tiempos que corren? Creo que no. Y no lo digo ni por desengaño ni por escepticismo, sino porque a la poesía no le corresponde ofrecer respuestas, sino hacer preguntas y proponer retos. Además. todas las épocas son épocas de desencanto e incertidumbre; lo que ocurre es que somos más sensibles a la nuestra porque somos sus víctimas. Nuestra época no exige respuestas "heroicas" ni grandilocuentes: las transnacionales, los fabricantes de armas, los poderes represivos del Estado y la moral de la competencia tienen los oídos higienizados contra la poesía. Pero que un solo poema pueda ser escrito y leído en soledad es ya una muestra, tal vez la más efectiva, de la dignidad del lenguaje en un mundo que se empeña cada vez más en ignorarlo.
Y ahora los poemas:
RETORNO DE LOS PROFETAS
Para Antonio Claros
El sol se hará oscuro para ellos
pero pronto han de volver
Miqueas III, 6
Los profetas han muerto.
nuevos tiempos de miseria y escasez.
El campo de batalla está desierto, el cielo se oscurece, la infinita
rueda se ha quebrado.
Dicen que ángeles bellos y monstruosos nos vigilan
pero ya no tenemos ojos para verlos.
Los profetas han muerto.
Atrás los sucios velos que ocultaron la verdad de nuestros rostros,
las ramas que ocultaron la Serpiente cuando rogamos placer
y nos dieron a cambio la resignación.
Textos venerables son ahora pasto de las llamas,
sólo la lechuza mira con indiferencia la corona
que rueda a los pies del más miserable de los dioses.
Sólidas estatuas se arrodillan, gimen, se arrancan los cabellos,
los mástiles que antaño sujetarán los más bravos marinos
golpean la memoria de los dioses que quedan,
¿a quién debemos acudir cuando nos coja la peste?
Los mendigos del reino asaltan los jardines, desprecian los
oráculos, reparten por igual sus pertenencias.
Los nobles del reino conservan sus arcas, sus vinos, sus mujeres,
el miedo que gobierna la implacable voluntad de los presagios.
Los profetas han muerto.
Nadie ahora nos engaña, nadie nos confunde, nadie
nos dice la verdad, y estamos solos.
Estamos solos esperando la señal que nos indique
dónde hemos de ir para honrar con dolor a los profetas.
Un pequeño saurio atraviesa la tumba de Salinas,
husmea el óxido que mancha la blancura del mármol
y se oculta rápidamente entre la hierba.
Entonces lo contemplo.
Qué de besos perdidos frente al mar,
qué de labios bebiendo sus gotas azules,
qué de cielos nunca hollados, fortalezas
donde el amor se rindió a los abrazos de nadie.
Nadie, Salinas, buscando entre sombras un cuerpo desnudo,
nadie en las palabras que alguna vez ardieron por nosotros.
Yo también me enamoré con tus poemas.
Ellos sabían lo que habría de ocurrirme, me leía en ellos,
pero tú plagiaste mi vida, la dignificaste, la hiciste del revés.
¿Mereces entonces el perdón?
Ahora que estás bajo un cielo verdadero,
devorado por los insectos de la tierra, pronombre
encadenado a la carne de unos besos que yo di por ti,
te ofrezco estas flores.
Acéptalas, Salinas, como un homenaje de quien quiso creer
y vivió feliz en el fecundo engaño.