domingo, 27 de septiembre de 2009

GIMFERRER

(Imagen tomada del periódico adn)

Ya tenéis la colección de poemas de Pere Gimferrer alojadas en el apartado corespondiente a las tertulias (2009, octubre). También podéis acceder a ella pinchando aquí.



Espero que hayáis hecho caso de la entrada anterior y hayáis empezado a mirar en Zurgai qué es lo que dicen los especialistas sobre su obra.



Feliz lectura.

sábado, 26 de septiembre de 2009

AMY MACDONALD Y EL OTOÑO

Este es un pequeño regalo para los amantes del otoño y para los nacidos durante esta época del año. Está confeccionado con la famosa canción de la Macdonald, This Is The Life y unas cuantas fotos realizadas durante otoños pasados.


Feliz otoño.

domingo, 20 de septiembre de 2009

MALDITOS BASTARDOS

Acabo de ver la película de Tarantino y debo reconocer que me ha impactado. No por sus conocimientos/homenajes/alusiones a otras películas -¿cómo no va a saber de cine un director?-, no por el trabajo de los actores -sin duda cumplen, y de sobra, el papel que Tarantino les ha asignado-, no por las escenas sangrientas -en ésta incluso hay menos que en sus anteriores producciones-. Me ha impresionado por su enorme simpleza, y por el enaltecimiento de ese tópico que tanto gusta a algunos cineastas estadounidenses, al presentar a sus conciudadanos con una capacidad a toda prueba para defender su independencia y su libertad más allá de cualquier sentido, incluido el sentido común.

Veamos: un teniente americano de EEUU se dedica a realizar todo tipo de salvajadas con los ocupantes nazis en Francia. Por supuesto, esto nos gusta mucho, porque los nazis son malos-malísimos y no merecen vivir. Y como además perdieron, podemos realizar cualquier discurso en contra de ellos, aunque éste sea similar al que ellos realizaban sobre gitanos, judíos y demás. Pero hay más: el teniente americano -de EEUU- está por encima del mal, del bien y de lo regular, lo que le permite tomar cualquier decisión. Lo que no me queda muy claro es si está por encima del bien y del mal porque es él o porque es americano. Y ya se sabe que un americano -de EEUU- sólo desea nuestra libertad.

En fin, la película es algo así como una gamberrada para demostrarnos lo bien que hace el teniente americano -de EEUU- las esvástivas sobre las frentes de los nazis que se ve obligado a dejar en libertad. Todo eso en un primerísimo primer plano, que la sangre mola mucho.

Lástima que Tarantino no hubiera nacido mucho antes para que hubiera podido realizar, entonces sí, un gran ejercicio de valor e imaginación grabando esta película, pongamos por ejemplo, en 1940, cuando reírse del nazismo era un auténtico acto de valor, libertad y dignidad.

Corro a ponerme, aunque sea en una pantalla pequeña, Ser o no ser, del maestro Lubitsch.

sábado, 19 de septiembre de 2009

PERE GIMFERRER Y ZURGAI


(Fotografía de Elena Carreras, tomada del diario ABC)

Como bien saben mis contertulios de la biblioteca, la próxima tertulia versará sobre la poesía de Pere Gimferrer. Es éste un poeta tan interesante como difícil en una primera lectura. Requiere paciencia y, posiblemente, ayuda para adentrarnos en su mundo simbólico. Sin embargo, una vez que se accede a su reino poético, descubrimos a un enorme poeta, de una coherencia magnífica y de una belleza sublime.

Para facilitar esa primera aproximación, puede ser conveniente echar un vistazo a los artículos de varios especialistas en la obra de Gimferrer, publicados en la revista Zurgai (nº 12, diciembre 2006). Merce la pena darse una vuelta y descubrir lo que dicen sobre nuestro poeta autores como R. Regás, J. L. Rey, J. Goytisolo, A. Gamoneda, Muñoz Molina, y otros muchos expertos en su obra.

No quiero cerrar esta entrada sin agradecer a Zurgai la enorme labor que han realizado colgando en internet el contenido de todos sus números. Una labor que los lectores de poesía nunca agradeceremos suficientemente.

martes, 15 de septiembre de 2009

Signos del zodiaco: VIRGO


Desde el 15 de septiembre hasta el 30 de octubre el Sol permanecerá en la constelación de Virgo. Estamos, pues, ante la constelación que mayor número de días alberga en su camino a nuestra estrella. El porqué de estas fechas, y no las que aparecen en los horóscopos, se debe al movimiento de precesión de la Tierra.

Virgo es Erígone, la que hospitalariamente acogió a Dioniso cuando éste bajó a la tierra. El dios se enamoró de ella y de la relación entre ambos nació Estáfilo (racimo). Cuando Dioniso se despide, deja en agradecimiento unos odres de vino, y aquí empiezan las desgracias.

El padre de Erígone, Icario, ofrece uno de esos odres a unos pastores. Estos se emborrachan y confunden borrachera con envenamiento. Matan a Icario a bastonazos y abandonan el cadáver. Cuando se entera Erígone, desesperada, se ahorca. El dios, al conocer estos hechos, hace que las atenienses enloquezcan y se ahorquen. En esta situación, los atenienses preguntan al oráculo de Delfos qué pueden hacer para que el castigo acabe. El oráculo indicó que el castigo acabaría una vez hubieran sido castigados los asesinos de Icario. Con el castigo de éstos acaban los suicidios de las atenienses.

Según otra versión, también muy difundida, Virgo es Astrea, la justicia, hija de Zeus y de Temis, y hermana del pudor. Ella es la encargada de enseñar a la humanidad la justicia y la virtud durante la Edad de oro. Sin embargo, posterorment, durante la Edad de hierro, hombres y mujeres degeneran y el mal se extiende por doquier. En ese momento decide huir de la tierra y volver al cielo. Y ahí está. Ella es la constelación de la que hemos hablado.

domingo, 13 de septiembre de 2009

A FAVOR DE INTERNET


Es evidente que Internet es una herramienta y no un fin. Es evidente que las herramientas las hacemos buenas o malas nosotros, según el uso que les demos. Es evidente que lo que hagamos con la red y en la red es responsabilidad nuestra, no de la propia red. Es evidente.

Dicho esto, quiero decir también que para infinidad de escritores noveles -o no tan nuevos- la red es un excelente medio con el que dar a conocer su obra y gestionarla de forma autónoma, sin intermediarios. Esto también debería ser evidente y, no obstante, hay una extendida y preocupante opinión que da en desprestigiar lo que aparece publicado en internet por falta de calidad. La calidad, según esta opinión, radicaría sólo en lo que está publicado en papel, mientras que lo que se publica en internet carece de ella.

No voy a negar que en esta gigantesca comunidad virtual existen obras impresentables, basura de la peor calaña. Pero nadie podrá decir que todo lo que se publica en papel posee la calidad suficiente para acreditarlo como un buen texto. Sin duda, lo que se publica en papel tiene que pasar algún filtro -alguna lectura previa-, y lo que se escribe en páginas web, blogs y demás espacios virtuales, no necesariamente; sin embargo, esas pocas lecturas previas no garantizan por sí mismas la calidad. Es más, grandes obras de la literatura tuvieron que aguardar muchos años y muchas lecturas hasta ser impresas, porque no se las reconocía ninguna calidad.

El problema no es de calidad, sino de poder, de control. Críticos, académicos, editoriales, escritores, preocupados por la pérdida de control y desorientados por los cambios que introduce en la escritura la existencia de internet, proclaman una y otra vez la falta de calidad de todo lo que no esté escrito en soporte tradicional. Y como razón más poderosa apelan al tiempo. El tiempo que debe reposar el texto hasta ver la luz -lecturas, relecturas, correcciones...-, como si todo lo que se publicara en la red fuera producto de la urgencia, la hiperactividad y el capricho del momento.

Críticos, académicos, editoriales y escritores -no todos- sienten peligrar ese espacio de poder cultural y económico que gira en torno al papel. Les resulta cómodo ese espacio donde han aprendido a citar, a manejarse entre bibliotecas, a hablar de libros -incluso los que no han leído (Cómo hablar de libros que no se han leído. P. Bayard. Anagrama)- y quizá tengan dificultades para encontrar en la red un par de buenos poetas latinoamericanos que no han publicado en papel, una obra clásica que no está en la biblioteca de nuestra ciudad, o citar una docena de direcciones literarias interesantes en la red. Pero, por encima de todo, tienen miedo de perder el poder de decisión sobre qué obra debe ser publicada y cuál no y, lo más importante, de perder el control económico de lo que esa situación de privilegio implica.

De hecho, ahí está el acuerdo entre los autores de EEUU y google books (el enlace es con google libros), esto es, entre productores y distribuidores, que la justicia europea se niega a admitir. Pero ¿qué tiene que decir un juez europeo si el autor de un texto y quien lo va a colocar al alcance de todos están de acuerdo? Ganas de ser más papista que el Papa. Y de fastidiar.


La cultura, en este caso escrita, también necesita ser democratizada. Para eso, claro, necesitamos que las mafias de opinión desaparezcan. Necesitamos que esos círculos formados por un puñado de críticos a sueldo de algún importante medio de comunicación y de sus editoriales anejas, dejen de ejercer su tiranía sobre los gustos de la población. Nada mejor para ello que este espacio virtual (pero muy real) en el que cada cual puede colgar su obra, si así lo desea, o su comentario. Ya decidirá el lector si le gusta o no; si contesta o no; si lo olvida o decide rocomendárselo a sus amistades.

jueves, 10 de septiembre de 2009

HISTORIA DE LAS MATEMÁTICAS


Entre las muchas virtudes de este libro podría empezar por señalar la más evidente: el aspecto físico. Es un libro muy bien editado, agradable al tacto, a la vista e, incluso, al olfato. Es decir, uno de esos libros que utilizamos para regalar, cuando quremos estar seguros de que el regalo va a gustar.

Pero no es esta la cualidad más importante. Ian Stewart hace un recorrido tan ameno y tan lleno de sabiduría por la ciencia matemática, que aun sin estar interesado en esta disciplina, resulta atractivo.

Especialmente hay que resaltar la habilidad del autor para hacernos comprensibles pensamientos matemáticos complejos y muy técnicos, así como la aplicación práctica que tienen en la vida cotidiana. Me refiero, por ejemplo, a la topología, el álgebra abstracta, la geometría de alta dimensión o la dinámica no lineal.

Tal y como advierte el autor en el prólogo, no podemos pensar que en 300 páginas pueda tener cabida la Historia de las Matemáticas, especialmente cuando se habla de los últimos cien años, en los que las Matemáticas han crecido tanto, en tantas direcciones y en tal grado de complejidad, que ningún esfuerzo sensato puede explicarlas en un libro de divulgación.

Aquí encontramos, por lo tanto, la selección que el autor ha realizado en función de aquellas ideas que tiene una mayor trascendencia en la sociedad actual o que se perciben como capaces de generar un mayor interés y desarrollo científico. De esta manera, el libro se cierra con un capítulo dedicado al caos y la complejidad.
Historia de las Matemáticas (Crítica, 2008)

Feliz lectura

lunes, 7 de septiembre de 2009

PHILIP LARKIN





Como dice Francisco Rico en su Mil años de poesía europea, Larkin (1922-1985) ha sido el más alto exponente del retorno a la realidad dentro de la poesía inglesa.

El propio Rico es el traductor de este famoso poema en lengua inglesa sobre la paternidad. De hecho, es la única versión en castellano que conozco. Si queréis leerlo en su lengua original, podéis encontrarlo aquí.

Y QUE DIGA ASÍ

¡Anda que tus padres bien te jodieron!
Quriendo o sin querer, la jorobaron.
Con todos sus defectos te cargaron
y algunos de propina aun añadieron.

Pero a su vez jodidos fueron ellos
por memos de chaqués y cuellos duros,
unos ratos seguros e inseguros
y otros ratos tirándose a degüellos.

Pasa de unos a otros el dolor.
Se ahonda como la costa hacia el mar.
En cuanto puedas, mira de escapar;
y no me tengas hijos, por favor.


En las librerías podéis encontrar Las bodas de Pentecostés (Lumen, 2007). Y revolviendo mucho, quizá, El barco del Norte (Acuarela Libros, 1999) y Ventanas altas (Lumen, 1989). Si no, ya sabéis que existen las bibliotecas.



Suerte y feliz lectura.

viernes, 4 de septiembre de 2009

PERE GIMFERRER


En la próxima tertulia poética de la bibioteca municipal de Irún nos ocuparemos de la poesía de Pere Gimferrer, uno de los más destacados poetas de la llamada generación de los novísimos.


El poema que aquí aparece pertenece al libro Arde el mar (Cátedra, 2009). Cuando se publicó en 1969, fue uno de los libros de poesía más señalados de la década y uno de los que mayor influencia ha tenido en otros poetas.


ARDE EL MAR


Oh ser un capitán de quince años

viejo lobo marino las velas desplegadas

las sirenas de los puertos y el hollín y el silencio en las barcazaslas

pipas humeantes de los armadores pintados al óleo

las huelgas de los cargadores las grúas paradas ante el cielo de zinc

los tiroteos nocturnos en la dársena fogonazos un cuerpo en las aguas con sordo estampido

el humo en los cafetines

Dick Tracy los cristales empañados la música zíngara

los relatos de pulpos serpientes y ballenas

de oro enterrado y de filibusteros

Un mascarón de proa el viejo dios Neptuno

Una dama en las Antillas ríe y agita el abanico de nácar bajo los cocoteros.


Feliz lectura.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

EL CIELO DE SEPTIEMBRE


Aquí tenéis la conexión con el VIDEO del Hubblesite correspondiente el cielo de septiembre.

Disfrutadlo y aprovechad que aún estamos en una época del año que hace posible la observación nocturna con bastante comodidad.


martes, 1 de septiembre de 2009

70º ANIVERSARIO DE LA MAYOR LOCURA DE LA HISTORIA

Tal día como hoy comenzó la Segunda Guerra Mundial. La locura nazi se extendió por medio mundo y el otro medio le hizo frente. Medios de comunicación de todo tipo han dado noticia de este aniversario. Quiero dejar aquí el poema que Auden -uno de los más importantes poetas ingleses del siglo XX- escribió sobre tan horrible evento, y que nos ofrece una aproximación diferente al del tratamiento histórico:

1 DE SEPTIEMBRE

Me siento en un lupanar
de la calle cincuenta y dos,
incierto y asustado
mientras mueren las grandes esperanzas
de una década baja y deshonesta:
olas de rencor y de miedo
corren sobre las iluminadas
oscurecidas tierras del planeta
oprimiendo nuestras vidas privadas;
el inmencionable olor de la muerte
ofende a la noche de septiembre.

La escolaridad debida puede
desenterrar toda la grosería que,
desde Lutero hasta ahora,
ha enloquecido esta cultura,
averigua lo ocurrido en Linz,
qué gran imagen hizo
un dios sicópata:
yo y el público sabemos
lo que aprenden los escolares:
aquellos a quienes se les hace mal
hacen mal a cambio.

Tucídides en el exilio sabía
todo lo que un discurso puede decir
acerca de la democracia,
y lo que hacen los dictadores,
la añeja porquería que dicen
a las tumbas apáticas;
todo lo analizó en su libro,
la ilustración ignorada,
el dolor que forma hábito,
pena y mala administración:
todo hemos de sufrirlo nuevamente.

Hacia este aire neutral
donde usan los ciegos rascacielos
toda su altura para proclamar
la fuerza del Hombre Colectivo,
derrama cada lengua su vana
competencia de disculpas;
pero quién puede vivir tanto tiempo
en un sueño eufórico;
se asoman fuera del espejo
la cara del Imperialismo
y el error internacional.

Los rostros en la barra
se aferran a lo cotidiano:
nunca deben apagarse las luces,
la música debe siempre oírse,
conspiran todas las convenciones
para que este fuerte asuma
los modos del hogar;
a menos de que veamos lo que somos:
perdidos en un bosque hechizado,
niños temerosos de la noche
que jamás han sido buenos ni felices.

La más ventosa basura militante
que gritan las Personas Importantes
no es tan vulgar como nuestro deseo:
lo que el loco de Nijinsky escribió
sobre Diaghilev
es cierto del corazón común;
pues el error creado en el hueso
de cada mujer y de cada hombre
ansía lo que no puede tener,
no el amor universal
sino ser en soledad amado.

De la oscuridad conservadora
hasta la vida ética
los trenes atestados vienen
repitiendo su voto matinal:
“Seré fiel a mi mujer,
me concentraré más en mi trabajo”,
se despiertan los desvalidos gobernantes
y reasumen su juego compulsivo:
¿quién puede liberarlos ahora?
¿quién puede alcanzar al sordo?
¿quién puede hablar por el mudo?

Lo único que tengo es una voz
para deshacer la mentira y sus dobleces,
la mentira romántica en los sesos
del sensual hombre-de-la-calle
y la mentira de la autoridad
cuyos edificios tentalean el cielo:
no hay tal cosa como el Estado
y nadie existe solo;
el hambre no deja escoger
ni al ciudadano ni al policía;
debemos amarnos unos a otros o morir.

Indefenso en la noche
nuestro mundo yace en estupor
y con todo, punteado en todas partes,
irónicos puntos de luz
relampaguean donde sea que los Justos
intercambian mensajes;
pueda yo, compuesto como ellos de Eros y
de polvo,
sitiado por la misma negación y
desesperanza,

mostrar una flama afirmativa.

lunes, 31 de agosto de 2009

MAL DE ESCUELA

No, no es que tenga la depre posvacacional, ni que necesite hablar del cole porque mañana empiezo a currar. No es esto, no. Es que he acabado de leer el libro de Pennac, justo hoy mismo.

Así, para empezar, me parece que tiene grandes virtudes el librito, aunque no me ha gustado tanto como el maravilloso Como una novela (Anagrama, 1993). De entrada tiene una escritura vivaz, ágil y, además, simpática. Es uno de esos escritores que dice lo que tiene que decir y lo hace de forma muy clarita.

Se puede compartir o no lo que el autor piensa sobre la enseñanza, la escuela, los sistemas pedagógicos y los mil y un problemas en los que los centros educativos se desenvuelven. Lo que no se puede negar de ningún modo es que es un libro escrito con amor, además de ilusión.

Este sentimiento, amor, está presente en todas y cada una de las líneas. Y es muy loable, cuando se trata de un maestro jubilado (profe de secundaria) hablando del alumnado más problemático. Absolutamente recomendable.

Feliz lectura.

sábado, 29 de agosto de 2009

TERRADILLOS DE ESGUEVA

De Nueva York a Terradillos. A veces damos saltos muy grandes. De la gran ciudad, al pueblo más pequeño; del ruido, al silencio; de la actividad, a la quietud. Como si nada. Un día aquí y otro allá. Al fin y al cabo, lo que importa es la gente que vive en los lugares, no el lugar mismo. Cualquier ciudad puede ser el mejor sitio del mundo, si en él viven las personas que queremos.
Aquí, en Terradillos, el pueblo donde nacieron mi madre y me hermano José, a la sombra de una hermosa chopera, estuve comiendo con parte de mi familia burgalesa. Sirvan estas líneas, y el poema de fray Luis, de agradecimiento a la acogida que todos ellos me brindaron.
¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido;
Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio Moro, en jaspe sustentado!
No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera, ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera.
La oda entera podéis leerla aquí

sábado, 15 de agosto de 2009

NEW YORK, NEW YORK


Escribía Ortega y Gasset hace casi ya cien años, que el siglo XX era el siglo de las masas, de las muchedumbres, porque todo estaba lleno de gente: playas, ciudades, trenes, hoteles, paseos...

Si esa afirmación era cierta hace cien años, lo es mucho más en la actualidad, y más aún en Nueva York, ciudad atestada de gente hasta límites que a mí se me hacen insoportables. Vayas donde vayas está lleno y, además, la gente que ocupa ese espacio se mueve con soltura o tiene, aparentemente, prisa.

Nueva York es, sin duda, una ciudad llena y activa. Pero no me refiero a la actividad económica o política de las grandes instituciones —gobiernos, bolsa, empresas...—. Me refiero a las personas que deambulan por todas partes. A esa entidad a la que aludimos cuando hablamos de la gente de la calle. Da la impresión de que todas y cada una ellas tienen algo urgente y necesario que hacer, de que están profundamente ocupadas o de que llegan tarde, vaya usted a saber dónde.

Y, sin duda alguna, no es así, porque también hay parejas que quieren disfrutar de una puesta de sol desde el río Hudson, niños que juegan desentendidos de todo en los estupendos parques de la ciudad, ensimismados que buscan una imagen acorde a su estado de ánimo, mujeres que escriben una nueva línea en su diario al borde de un té, o fotógrafos que buscan el mejor punto de vista para su imagen. Es decir, como en todas partes.

A pesar de todo, está tan llena que parece que no cabe nada más. Llena de personas y de personajes; llena de objetos que se compran y se venden; llena de edificios; llena de tráfico; llena de imágenes; llena de ofertas; llena de trastos; llena de ruidos; llena incluso de recuerdos, aunque no hayamos estado anteriormente.

Sí, Nueva York está tan llena, que a mi me deja la conciencia reducida a un pequeño y perdido residuo urbano.

domingo, 9 de agosto de 2009

Signos del zodiaco: LEO

(A mi hermano José, que era Leo y ya no lo es)

El Sol entra hoy, 9 de agosto, en la constelación de Leo, y estará ahí hasta el 15 de septiembre. El porqué de este aparente error de fechas, se debe al movimiento de
precesión del eje de la Tierra. La explicación la tenéis en el enlace.

Leo es el león de Nemea, el que se dedicaba a infundir miedo en la región y al que Hércules dio muerte en el primero de sus doce trabajos. A partir de aquel momento, el héroe de los héroes griegos se vestirá con su piel, y es así como se le suele representar.

El león de Nemea era hijo de
Tifón y de Equidna. Hera, la esposa de Zeus, lo había educado y situado allí. Su piel era invulnerable a las flechas y a la espada, por lo que Hércules tuvo que cogerlo entre sus brazos hasta que lo estranguló. Durante un tiempo estuvo intentando desollarlo sin éxito, hasta que, por inspiración divina, se le ocurrió hacerlo con las propias garras del animal. Desde entonces, la piel del león le sirvió de yelmo y de armadura.

Zeus colocó en el cielo la imagen del león en recuerdo de la hazaña de su hijo.

sábado, 8 de agosto de 2009

AMBIENTE FAMILIAR


Aprendí a conducir un coche porque no estaba dispuesto a atravesar un desierto, con mis hijos en brazos, cada vez que queríamos disfrutar de la playa en verano.

A decir verdad, hasta entonces, siempre me había manifestado en contra del automóvil y de lo que éste supone de barbarie civilizada: ruidos, ansiedad, contaminación, gasto energético desmesurado y prepotencia del conductor sobre el peatón. Sin embargo, aquel verano en que, en plena calorina, nos pusimos en marcha hacia la playa y, a mitad camino, nos rendimos en un parque, me dije a mí mismo y a la familia que el verano siguiente iríamos en coche. Y así fue.

Desde entonces, no sólo hemos atravesado los seis kilómetros que nos separan de la playa en automóvil, sino que hemos recorrido casi toda la península y buena parte de Europa. Hemos descubierto juntos lugares maravillosos y hemos disfrutado de viajes inolvidables. Hemos cantado a voz en grito al son de la música que salía del radiocasete por carreteras alejadas de toda circulación, y hemos vivido momentos divertidos, como aquella vez en que avanzando por la autopista a la velocidad que el código permite, cuando se tiene una “L” puesta en el cristal trasero, mi hija mayor, cansada seguramente de que todos nos adelantaran, dijo:
-Mirad, mirad, un caracol nos está adelantando por la derecha.

¡Cómo reímos todos la ocurrencia! Pero lo más entrañable, lo más emotivo, lo que me hizo olvidar casi definitivamente todas mis opiniones negativas sobre el coche, fue cuando, hace casi ya dos años, la pequeña, que estudia fuera de casa, y a la que le costó unos meses adaptarse a esa nueva situación, dijo a la vista del coche, cuando fuimos a recogerla un viernes por la tarde:
-¡Qué bien, por fin ambiente familiar!

Sorprende, a veces, lo que puede hacer un coche.

domingo, 2 de agosto de 2009

VIDA POR LIGA

(Vida por liga es un cuento de Diego Consuegra)


Lo que me estaba ofreciendo aquella desconocida era de una sencillez horrorosa:
Cambiar vida por liga. Días de mi vida porque el Madrid recuperase los 12 puntos que le llevaba el Barcelona. Días de mi vida por ganar la liga...

Estaba viendo el partido contra el Villarreal en la Peña Vikinga y en medio del griterío general se hizo un extraño silencio. Todo el mundo estaba mirando fijamente a la puerta que se acababa de abrir. No tardé mucho en darme cuenta de que el silencio se debía a que los corazones y los pulsos de todos nosotros se acababan de parar. No es que en la peña no hubiese mujeres, que las había, y mucho más forofas que los hombres, pero juro que no había ninguna como aquella, ni en la peña, ni en la calle, ni en el trabajo, y si me apuran, ni en las revistas. Vino derecha hacía mí y sonriéndome se
sentó a mi lado. Para aquel momento, entre la sorpresa y la emoción, babeaba de tal manera que me estaba mojando los zapatos. Era alta y con curvas de guitarra. Una mezcla de Ava Gadner, Marylin y Sofía Loren, que puestos a hacer mezclas no se me ocurre, ni creo que exista, una mejor. Morena como el infierno, ojos color miel como la que yo le untaría en todo el cuerpo, labios para morder y un cuerpo digno de dioses, aunque con el tiempo me di cuenta de que los dioses ni la cataban y sólo disfrutaban de ella demonios, satanes y belcebúes.

Cuando conseguí cerrar la boca, vi que me tendía su mano a la vez que me volvía a sonreír. Le alargué la mía y me fijé que tenía todas las uñas pintadas de blanco y un enorme anillo de oro que le tapaba medio anular, en el centro destacaba una perfecta S en color rojo ardiendo entre llamas. Era un anillo muy raro para aquella mujer y aunque nada me hacía sospechar de ella, supuse que lo habría robado. Entonces no supe el porqué, pero un escalofrío recorrió mi espalda.

- Me lo regaló un afortunado. El siguiente podrías ser tú....me dijo mientras se alisaba la falda y cruzaba las piernas. Dos. Las conté varias veces para cerciorarme.

Durante diez minutos seguimos mirando el partido sin dirigirnos la palabra. Yo estaba deseando hablar con ella pero "El Madrid es el Madrid" y como estaba atacando y jugando bien, me limitaba a mirar sus largas piernas (dos) torciendo los ojos. Me imaginaba en el césped del Bernabéu haciendo el amor rodeado de todos los títulos del Madrid, rodeado de copas y copas, de orejonas y de 100 años de historia. Había leído en el As que un jugador inglés había hecho el amor con su novia en el campo de su equipo con todas las luces encendidas, era una fantasía sexual que el jugador tenía y había cumplido su sueño, parece ser que en el equipo acabaron enterándose y, desagradecidos ellos, multándole por saltarse la normativa interna. Desde entonces me parecía que juntar en un mismo sitio las dos cosas que más me gustaban era lo máximo a lo que alguien podía aspirar. Y allí estaba yo con las copas volando a nuestro alrededor, ella se había empezado a desabrochar el primer botón de la camisa, el segundo, el....

Su voz me despertó. - En el minuto 26 te concedo un gol de Sergio Ramos, a pase de Robben, con la cabeza, de rebote en el cuerpo de Cazorla, me dijo al oído.

No le hice mucho caso y seguí alternando la visión deformada (creo que desde aquel día estoy estrábico) de sus pechos, piernas, piernas, pechos y el partido.
En el minuto 26 Robben cogió la pelota a la altura de la medular, avanzó unos 15 metros, centro medido y cabezazo de Ramos, el balón golpeó en la espalda de Cazorla y se coló dentro.

Todo el bar estalló de júbilo. Todos menos la mujer y yo. Le miré asombrado y me dijo:

- Tranquilo. Es fácil. Dentro de 14 minutos el segundo. Pepe, también de cabeza, a pase de Guti, por la escuadra derecha.

A partir de ese momento conté los segundos. A los catorce minutos, en el 40, vino el gol de Pepe exactamente como ella había dicho. Tampoco lo festejé, la volví a mirar y esta vez, para mí asombro, me dijo:

- ¿Quieres más o te vale un 2 a 0?

Estaba tan asustado que entre balbuceos incomprensibles pedí dos más. Uno de Raúl y otro de Robben. Se cumplieron los dos. El partido acabó 4 a 0 y mi curiosidad se impuso al miedo a lo que acababa de presenciar. Hacía unos segundos me encontraba al borde del infarto y todavía no sé porqué, pero cuando le hice la pregunta estaba extrañamente tranquilo y esta vino a mis labios como si fuese otro el que la hiciera.

- ¿Puedes ganar más partidos?
- Depende.
- ¿Depende de qué?
- De ti. De lo que estés dispuesto a darme.
- No tengo mucho dinero.
- No quiero dinero, quiero vida.
- ¿Como vida?
- Tu vida, quiero parte de tu vida, la que estés dispuesto a darme para ganar la liga.
-¿Estás loca ?
- No. Piensa en los meses que quedan hasta que acabe la liga. 7 maravillosos meses para disfrutar, para gozar cada fin de semana con la remontada. Piénsalo bien y valóralo en su justa medida. Tienes una semana. Nos vemos el sábado que viene aquí mismo, a la hora del partido contra Osasuna.

Se levantó sin decir nada más y se encaminó hacia la puerta. Un par de metros antes de alcanzarla se dio la vuelta, me miró, se tocó varias veces la sien con el dedo índice y luego me señaló.

Desde aquel momento hasta que la volví a ver a la semana siguiente, apenas dormí, no dejaba de dar vueltas a lo que me había dicho. Imaginaba quién podía ser, pero no tenía cuernos ni rabo y sí un imán que me atraía a ella sin remisión. A pesar del temor estaba dispuesto a hablar con ella. 7 meses de felicidad merecían por lo menos 7 meses de mi vida. Calculando que viviese 97 años merecía la pena vivir 7 meses menos por gozar de la victoria del Madrid. Decidí ofrecerle un mes. No sabía exactamente qué era lo que quería, pero si tenía que regatear era un buen comienzo. Me propuse no ofrecer más de siete meses, justo lo que faltaba hasta el final de la liga.

Llegó a la peña cinco minutos antes del partido. Yo llevaba sentado 1 hora. Se acercó a mí, me volvió a sonreír (todavía hoy recuerdo cada una de sus sonrisas) y me hizo la pregunta directamente:
- ¿Cuánta vida me ofreces?
- Un mes- dije sin mucha convicción.
Entonces ella, para mi sorpresa y gratitud eterna, hizo algo que nunca he olvidado. Me besó. Bueno, primero me besó, luego separó su cabeza lentamente dejando que su lengua fuese lo último en despedirse de mí y por último, mirándome con aquellos ojos de miel, me dijo:
- Siete, me ofreces siete meses y aunque no quisieras ofrecer nada más, llegarías a hacerlo sin dudar, pero no me gusta abusar de vosotros, me quedo con siete meses. Cuando llegue el momento vendré a buscarte. ¿Estás de acuerdo?
La palabra salió de mi boca rápidamente, ya que mi cerebro no intervino en ello, estaba muy ocupado con otros menesteres como segregar todo tipo de endorfinas y feromonas.
-Sí, dije sin dudarlo.
Me contestó como sólo ella sabía hacerlo. Se acercó a mi oído y al hacerlo noté el olor dulce de su pelo rozando mi cuello, pasó la lengua por el lóbulo, lo mordisqueó suavemente y me dijo susurrando:
-Vale, se cumplirán tus deseos, el Madrid ganará la liga, y para que empieces a disfrutar te regalo el primer gol de nuestro pacto.

Me dio la espalda, caminó varios pasos con aquellas largas piernas de siete leguas y un momento antes de salir me lanzó un beso juntando y alargando aquellos rojos labios, beso que como acababa de decirme coincidió con su primer regalo. Raúl marcó su gol número 307 con la oreja (ella lo había anticipado....), la peña estalló de júbilo y yo vi cerrarse la puerta detrás de aquella increíble mujer.
Tardé dos minutos más en darme cuenta de la estupidez que había hecho, me entró el miedo, un miedo cerval a la equivocación que acababa de cometer, a lo desconocido, a las consecuencias de mi estúpido acto. Hasta aquel momento no lo había visto claro, pero había sido un idiota por dejarla marchar, no volvería a verla hasta sabe Dios cuando y no podría vivir con ese peso. Tenía que volver a negociar. No podía dejar las cosas de esa manera. Me levanté de la silla y eché a correr, abrí la puerta de la peña y miré a derecha e izquierda. Ni rastro. Me lancé hacia la derecha y en el cruce con la siguiente calle, la vi a lo lejos. Corrí como nunca lo había hecho en mi vida. Llegué a su altura sin aliento, todavía estaba a tiempo de corregir el error. La miré fijamente a los ojos e imploré algo de lo que nunca me he arrepentido:
- ¿Y la décima?

martes, 28 de julio de 2009

UN POEMA DE RICARDO RUIZ


CERTEZAS


Que el sol se derrite

cada tarde.

Que la tarde se acuesta

en las cicatrices del día.

Que el tiempo escribe su edad

en los calendarios.

Que las lágrimas costruyen

ojos.

Que el amor muere

en los labios.

Que la vida se agota

al vivirla.


He aquí un bello poema de Ricardo Ruiz - Kilómetros de nostalgia, Tatuajes y Labores de rescate (Poesía 1980-1990).


Resulta fascinante la construcción de este pequeño poema, porque, independientemente de lo que dice tal y como aparece, podemos jugar con él e intercambiar los sustantivos que aparecen en las frases, construyendo otro poema pleno de sentido, con un significado muy próximo al que de por sí tiene. Otro tanto podemos hacer con los verbos, y el poema se mantiene. Rizando el rizo, incluso podemos trastocar verbos y sustantivos y continuaremos teniendo otro poema.


Probadlo.

lunes, 27 de julio de 2009

AMNISTIA INTERNACIONAL


Apoyar los derechos humanos puede resultar tan sencillo como entrar en la página de Amnistia Internacional y rellenar unos pocos datos. No te va a requerir más de 20 segundos y tu acción puede salvar la vida a una persona.

Si dispones de unos minutos, date una vuelta por la página y, si te parece bien, echa una mano. Deja sin validez, en lo que a ti atañe, este poema de Ángel González:

INTRODUCCIÓN A LAS FÁBULAS PARA ANIMALES
Durante muchos siglos

la costumbre fue ésta:
aleccionar al hombre con historias
a cargo de animales de voz docta,
de solemne ademán o astutas tretas,
tercos en la maldad y en la codicia
o necios como el ser al que glosaban.
La humanidad les debe
parte de su virtud y su sapiencia
a asnos y leones, ratas, cuervos,
zorros, osos, cigarras y otros bichos
que sirvieron de ejemplo y moraleja,
de estímulo también y de escarmiento
en las ajenas testas animales,
al imaginativo y sutil griego,
al severo romano, al refinado
europeo,
al hombre occidental, sin ir más lejos.
Hoy quiero —y perdonad la petulancia—
compensar tantos bienes recibidos
del gremio irracional
describiendo algún hecho sintomático,
algún matiz de la conducta humana
que acaso pueda ser educativo
para las aves y para los peces,
para los celentéreos y mamíferos,
dirigido lo mismo a las amebas
más simples
como a cualquier especie vertebrada.
Ya nuestra sociedad está madura,
ya el hombre dejó atrás la adolescencia
y en su vejez occidental bien puede
servir de ejemplo al perro
para que el perro seamás perro,
y el zorro más traidor,
y el león más feroz y sanguinario,
y el asno como dicen que es el asno,
y el buey más inhibido y menos toro.
A toda bestia que pretenda
perfeccionarse como tal
—ya sea
con fines belicistas o pacíficos,
con miras financieras o teológicas,
o por amor al arte simplemente—
no cesaré de darle este consejo:
que observe al homo sapiens, y que aprenda.

Gracias.

sábado, 25 de julio de 2009

TIME STOP (6ª y última entrega)



Time stop es un cuento de Diego Consuegra
(foto tomada de elpais.com)




No se me había pasado por la cabeza volver donde el chino que me lo había vendido. Cuando lo hice y a pesar de mis miedos la tienda seguía en el mismo sitio. El “todo a cien” estaba igual que hacia dos años. Entré corriendo y encontré aquel anciano chino en el mismo mostrador. Inmóvil. Quieto. Con la misma estúpida sonrisa que el día que me lo vendió. Lo zarandeé, grité y golpeé varias veces haciéndole pagar por algo que sabía que tenía que pagar yo. Era inútil.
Desesperado rebusqué por todos los cajones otro reloj igual que el mío y no encontré ninguno. Busqué la pila y tampoco dio resultado.Pasé un par de días en el bazar rebuscando en todos los cajones, los armarios, las estanterías, dentro de todos los productos, en los bolsillos del chino…busque por todo el local, lo puse de arriba abajo y no conseguí nada.Pasaron otros dos meses y el mundo seguía parado. Todo parado menos yo. Era como cuando pides ser inmortal y el deseo se cumple para todos los demás. La perspectiva de ser inmortal era horrible viendo envejecer a los demás y la que a mí me sucedía era igual de horrible. Sólo había una persona en el mundo que envejecía y esa era yo. Había conseguido una eternidad imperfecta. Los días pasaban lentamente y mi desánimo iba en aumento. Había subido varias veces a la torre más alta de la ciudad pero no reunía el valor suficiente para saltar. A pesar de que no confiaba en mi mismo aquella mañana volví a intentarlo.

Estaba en la azotea, la ciudad se extendía a mis píes y un fuerte viento hacía que caminar hacia el borde del edificio me costase enormemente, tenía el viento de cara y cada paso que daba me suponía un gran esfuerzo. El viento hacía que mi ropa sonase y ese sonido mezclado con el de un anemómetro que giraba locamente hizo que estuviese a punto de desistir en un par de ocasiones, pero ya había tomado la decisión y no me podía echar atrás. No tenía fuerzas para seguir viviendo aquel infierno. Había llegado a mi límite y lo sabía.
Ahora sólo tenía que saltar y acabar con todo. Cuando conseguí llegar al borde, escalé la valla que me separaba del abismo y una vez superado aquel último obstáculo, me agarré a ella con una mano antes de lanzarme al vacío. Entre mí y la nada había unos 40 centímetros. Antes de hacerlo decidí hacer un último intento. Sacaría la pila por última vez y la volvería a colocar. El último cartucho. El último milagro.
Pegué todo lo que pude mi cuerpo a la valla e intenté quitarme el reloj de la muñeca, ya había soltado la hebilla, lo tenía en mi mano y estaba punto de abrir el compartimiento de la pila cuando una ráfaga de viento más fuerte que las demás hizo que se me resbalase.
Di un manotazo al aire intentando atraparlo pero fue inútil. Golpeó en el borde y se precipitó al vació. Aquel instintivo manotazo hizo que perdiese el equilibrio y cayese detrás del reloj.
Estaba hecho, el destino había querido que los dos nos estrellásemos al mismo tiempo. Había descendido unos 80 metros cuando lo vi. Mi peso hacía que cayese mucho más deprisa y se acercaba a mí rápidamente. Por mi velocidad calculé que me estrellaría antes que el reloj. A pesar de aquella frenética situación todo iba muy lento, no habían transcurrido más que un par de segundos, pero veía todo a cámara lenta, como una repetición, como uno de esos documentales en los que se ve cómo un felino atrapa a su presa. Seguía cayendo y el reloj seguía acercándose. Faltarían unos 50 metros para llegar al suelo y el reloj comenzó a brillar. Algo pasaba. No sabía qué, pero ya me daba igual. Todo me daba igual.
Primero con una tenue luz y luego con una mucho más cegadora el reloj se había convertido en una especie de cometa incandescente. A pesar de su fulgor seguía bajando a la misma velocidad y yo me seguía acercando.
Faltaban unos cinco metros y casi lo había alcanzado. Nos estrellaríamos a la vez. Acabaríamos juntos lo que juntos habíamos empezado.
Tenía el reloj medio metro debajo de mí e intenté alcanzarlo estirando el brazo. Justo cuando estaba a punto de conseguirlo el reloj golpeó el suelo, la luz desapareció y vi como se rompía en mil pedazos.
Y entonces sucedió. A veinte centímetros del suelo, a veinte centímetros del final, me quedé completamente inmóvil, tan inmóvil como el resto del mundo.
No noté nada, ningún golpe, ninguna parada brusca, nada. Absolutamente nada.
Pasaron diez minutos y lo único que seguía en movimiento era mi mente. Veía una y otra vez el reloj haciéndose pedazos y aunque sabía que estaba llorando no notaba las lágrimas.
El reloj se había destruido una décima de segundo antes que yo, una décima de segundo antes que la eternidad que me esperaba mirando aquella baldosa gris que me acompañaría siempre.