Luminoso, amable, dulce, pero también rotundo y afirmativo como solamente lo sabe ser Beethoven, este concierto es una auténtica fiesta musical. Esa forma de manifestarse musicalmente es la que ha propiciado la enorme popularidad del músico alemán, apreciado tanto por la crítica más erudita como por la afición menos sesuda. Y es que su música siempre nos da un baño de felicidad.
Dirige la Orquesta Sinfónica de Detroit, Leonard Slatkin. Como solista, la siempre brillante Hilary Hahn, de la que todavía recordamos su estupendo concierto en el Kursaal el 27 de agosto de este verano.
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