jueves, 6 de septiembre de 2018

MARINA TSVETÁIEVA, PURA PASIÓN

Serguéi Efron, el que fuera su marido, escribe a Voloshin en 1923: Marina es una criatura de pasiones. Mucho más ahora que antes —antes de mi partida. Lanzarse de cabeza a su propio huracán se ha convertido para ella en una necesidad, en el oxígeno de su vida. Quién sea la causa que desencadene el huracán, no importa. Casi siempre todo está construido sobre el autoengaño. Se inventa una persona y comienza el huracán. Si la insignificancia y las limitaciones de quien ha desencadenado el huracán se descubren pronto, Marina se abandona a una tempestuosa desesperación. (...) Y todo eso a pesar d esu inteligencia aguda, fría (puede que incluso cínicamente voltairiana). Las causas desencadenantes de ayer serán ridiculizadas hoy con ingenio y malicia (casi siempre con razón). todo termina transcrito en un libro (Marina Tsvietáieva, la mujer, su mundo y su poesía, p 149). 

Efectivamente, da la impresión de que Marina Tsvetáieva vivió para hacer del amor su causa y el motivo esencial de su escritura. O, tal vez, la escritura fuese el bálsamo con que curaba sus heridas y el espejo donde trascendían. O el combustible necesario para transformar el fuego en palabras. 

POEMA DE LA MONTAÑA


Dedicatoria

Que te estremezcas
y caigan las montañas,
se eleve — ¡el alma!
Deja subir mi canto
canto de entalladura
de mi montaña.

Yo no podré
ni allá, ni más allá
colmar la cortadura.
Deja subir mi canto
hasta la cumbre
de la montaña.

Estos títulos suyos pueden encontrarse con cierta facilidad rastreando librerías y bibliotecas:
En internet hay muchos espacios que albergan amplias antologías. Un cuaderno bien preparado es el que realizó Lorenza Fernández del Valle para la UNAM. La selección para la tertulia de octubre está ya preparada.


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