sábado, 11 de agosto de 2018

SANTO DOMINGO DE SORIA, MI ROMÁNICO PARTICULAR

Portada de la iglesia de Santo Domingo 
Soria no es solo poesía y río Duero, desde hace tiempo siempre acompañado gracias a sus magníficos paseos. Soria no es solo la magia de San Juan del Duero y el encanto de San Saturio y los álamos del río. Soria, bien lo sabe quien allí ha estado, tiene múltiples y variados atractivos. De cuantas piedras añosas tiene la ciudad repartidas por sus calles, a mí las que más me gustan son las que dan forma a la portada de Santo Domingo. Es una imagen que me conquistó cuando la vi por primera vez en un manual de bachillerato. Desde entonces es la plasmación del románico en mi imaginario particular.

Reconozco que hay otras portadas que acumulan más méritos, que tienen más lustre y más títulos estético-técnicos para ocupar posición tan cimera. Incluso las hay con legendarias historias y subyugantes leyendas, a las que soy tan apegado. Pero esta es "mi" portada, mi fetiche románico, mi ídolo de piedra tallada, la primera, a la que puedo quedarme mirando durante mucho tiempo sin enterarme de su paso. 

Podría entretenerme describiendo el equilibrio de líneas rectas y curvas, de la conjunción de arquillos ciegos y terso muro de piedra labrada, de la ajustada dinámica entre elementos constructivos y decorativos, de la exacta proporción de sus medidas, de los círculos concéntricos de su abocinado rosetón, del excepcional pantocrátor, de la admirable plasmación iconográfica que puebla sus arquivoltas, pero todo eso no sería nada más que justificación académica. Se trata de seducción y esa es puramente subjetiva. 



Santo Domingo de Soria, mi poema románico favorito.



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PS: No dejéis de ver la fotografía ampliada de las arquivoltas de la portada que hay en Wikipedia. Un auténtico lujo de fotografía.

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