jueves, 2 de marzo de 2017

MUJER LEYENDO, Pieter Janssens Elinga


Poco, muy poco, sabemos del autor de este trabajo, Pieter Janssens Elinga (1623-1682), salvo que vivió durante el siglo de oro de la pintura holandesa, que nació en Brujas, que se fue a vivir a Amsterdam y allí adoptó el nombre de Elinga y que practicó la pintura de género, nos dejó unas cuantas naturalezas muertas y una Caja de perspectiva, tal vez su obra más famosa.

A mí, por mi afición a la lectura, al silencio y a los espacios cotidianos, esta Mujer leyendo me gusta especialmente. Y no es que sea la mejor lectora de la pintura de género holandesa, que es un tema reiterativo dentro del mismo. Pero sí es cierto que es una lectora solitaria, el espacio no está sobrecargado de pequeños elementos simbólicos y la cotidianidad parece más real que en otros trabajos de sus contemporáneos.

Es esto último lo que más me atrae de ella y, en general, de la pintura holandesa de la época. Mientras los pintores del área católica mediterránea representaban escenas religiosas sin descanso —hay honrosas y notables excepciones— y ofrecían un dramatismo teatral en sus composiciones, acentuado por los intensos claroscuros barrocos, la pintura holandesa se metía en las casas de los vecinos y nos ofrecía una exaltación de lo cotidiano.

El cambio es sustancial porque implica una forma distinta de entender no solo la pintura, sino la vida misma. Se dejan de lado las verdades absolutas y se abandona el relato moralizante de lo que es bueno, justo y verdadero. Los artistas holandeses, más humildes en sus pretensiones didácticas, nos introducen sin aspavientos en la dulce tranquilidad del hogar propio, donde puedo abandonar tranquilamente los zuecos en medio de la sala o una fuente con fruta sobre una silla, porque ahora voy a dedicarme al placer de leer.

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