martes, 2 de junio de 2015

ELGAR, POMPA Y CIRCUNSTANCIA

Seguramente Elgar no imaginó nunca que su música iba a cantarse algún día coreada por miles de voces reunidas en un parque. Seguramente no imaginó que algunas personas en todo el mundo iban a confundirla con el himno inglés. Seguramente no imaginó que su Marcha nº 1 se iba a convertir en el sonido que acompaña a las graduaciones en numerosos lugares, especialmente en EEUU. Seguramente este músico aficionado a la química, a los deportes y a las carreras de caballos, no imaginó nunca que una de sus obras iba a ser la que cerrase los Proms. O tal vez sí, no lo sé. En cualquier caso, es emocionante ver a toda esa gente, que ha acudido desde muy distintos lugares, esperar la señal del director para empezar a cantar y agitar brazos y banderas.


El nombre lo tomó de los versos del acto III, escena III del Otelo de Shakespeare:

Adiós al relincho del corcel de batalla,
al tambor que conmueve el espíritu,
al pífano que perfora los oídos,
a la bandera real y todas sus cualidades,
orgullo, pompa y circunstancia de la gloriosa guerra.

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