sábado, 23 de mayo de 2015

EL RAYO VERDE

—Hemos visto algo mejor —dijo en voz baja Helena—. Hemos visto la misma felicidad, la que la leyenda atribuye a la observación de este fenómeno. Y ya que la hemos encontrado, mi querido Olivier, ¡no necesitamos nada más, y podemos ceder a los que no lo conocen y quieren conocerlo, el famoso rayo verde!

Así termina el famoso relato de Julio Verne. Los protagonistas no consiguen verlo, pero logran el resultado que se supone que produce el fenómeno luminoso cuando es avistado por dos personas a la vez.

El caso es que ese extraordinario fenómeno óptico, por si alguien cree que nada más pertenece a la ficción, es real y está muy bien recogido y explicado en la web de eltiempo.es. Y, además, tenemos el testimonio de Cortázar, quien, fascinado por el cuento del escritor francés, no paró hasta conseguir verlo, y nos lo dejó escrito en Papeles inesperados:

Del sol quedaba un último, frágil segmento anaranjado. Lo vimos desaparecer detrás del perfecto borde del mar, envuelto en el halo que aún durarí­a algunos minutos. Y entonces surgió el rayo verde, no era un rayo sino un fulgor, una chispa instantánea en un punto como de fusión alquí­mica, de solución heracliteana de elementos. Era una chispa intensamente verde, era un rayo verde aunque no fuera en rayo, era el rayo verde, era Julio Verne murmurándome al oí­do: "¿Lo viste al fin, gran tonto?"

Y para los que nunca lo hemos visto en directo, aquí lo tenemos en diferido:


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