jueves, 7 de mayo de 2015

EL HOMBRE APROXIMADO, de Tristan Tzara

Se publicó el año pasado, en edición bilingüe al cuidado de Alfredo Rodríguez López-Vázquez, una nueva versión de L'Homme approximatif; ese largo poema, dividido en XIX cantos, del creador del movimiento dada

Tal y como dice el traductor en su estupendo estudio introductorio, se trata de una obra compleja, difícil, emocionante, abrupta y siempre sorprendente (que) va mucho más allá de cualquier otra aventura literaria que ningún coetáneo de Tzara haya abordado hasta ese momento.

La obra es hija de las vanguardias europeas que durante los años 20 del pasado siglo estaban en plena ebullición. El Altazor de Huidobro, los Cantos pisanos de Pound, el Trilce de Vallejo o el Akrobat de Nezval —por citar algunas— serían obras que se mueven en el mismo terreno de la experimentación vanguardista.

Abordar El hombre aproximado requiere tiempo y ganas. No se trata de un texto de consumo rápido ni mucho menos. La imagen surrealista, la falta de puntuación y la técnica vanguardista imponen ciertas dificultades.

Por lo demás, el texto representa el esfuerzo de un poeta durante seis años por encontrar lo que hay en el interior del ser humano. Que lo consiguiera o no es algo que el lector tiene que decir. Que el poema le guste o no le guste, también. 


***
Os dejo las dos primeras estrofas del primer canto, por si os sirven de invitación a su lectura:

domingo pesada tapa sobre el hervor de la sangre
semanal peso acuclillado sobre sus músculos
caído en el interior de sí mismo reencontrado
las campanas suenan sin razón y nosotros también
sonad campanas sin razón y nosotros también
nos regocijaremos con el ruido de las cadenas
que haremos sonar en nosotros junto con las campanas

                                          *

qué es ese lenguaje que nos azota nos sobresaltamos a la luz
nuestros nervios son látigos en las manos del tiempo
y la duda viene con una única ala incolora
atornillándose comprimiéndose aplastándose en nosotros
como el papel arrugado del paquete desenvuelto
regalo de otros tiempos con el deslizarse de los peces de amargura 


Y aquí tenéis el primer canto completo en francés:




Existe una edición anterior, todavía disponible, bajo el título El hombre aproximativo en Visor.

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