miércoles, 22 de octubre de 2014

NATURALEZA MUERTA

Las palabras venían enredadas
en un hipérbaton bellísimo.
El juego de los acentos
creaba un cadencia melodiosa
de irresistible prosodia.
El ritmo era tan sutil
que invitaba a la danza.

No tardaron en aparecer 
las exégesis cultas 
y las paráfrasis largas.
Los más listos de la clase
intentaron esclarecer
el porqué de algunas comas
y el sinporqué de varias rimas.

Entre alusiones, 
                      comentarios, 
                                        tesis,
un par de telediarios
y algún que otro premio,
se consiguió que el alboroto 
fuera grande
y duradero.


Nadie supo
qué era lo que decían la palabras.

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