Hay escritores que pasan rápidamente al sueño del olvido. Escritores que una vez desaparecidos son absolutamente olvidados y de los que nadie recuerda nada... excepto alguna frase genial, algún pensamiento singular y redondo.
Este es el caso del francés Paul Brulat (1866-1944), contemporáneo de nuestra generación del 98, que nos ha dejado uno de las frases más redondas sobre el esfuerzo que supone ser una buena persona. Es esta:
Basta un instante para forjar un héroe, pero es preciso toda una vida para hacer un hombre de bien.
(Il suffit d'un instant pour faire un héros, mais il faut une vie entière pour faire un homme de bien. Pensées).
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